El número de víctimas y heridos en el terremoto irá en aumento, dicen las autoridades. Foto: AFP
Al menos 30 personas murieron este 12 de noviembre del 2017 y cientos resultaron heridas en la provincia de Kermanshah, en el oeste de Irán y fronteriza con Iraq, a causa de un terremoto de 7,2 grados en la escala de Richter.
El vicegobernador para el Desarrollo de Kermanshah, Moytaba Nik Kerdar, informó de esta última cifra de víctimas a la televisión estatal, que indicó asimismo que las poblaciones más afectadas fueron Ghasr Shirin y Sarpul.
Hasta ahora es difícil cuantificar los daños en las poblaciones de Kermanshah afectadas debido a que tanto las comunicaciones telefónicas como el sistema eléctrico han sufrido cortes, según los responsables iraníes.
Los habitantes de Ghasr Shirin han salido a la calle ante el temor de que se derrumben los edificios y al lugar se han desplazado numerosas ambulancias.
El Centro Sismológico de Irán, dependiente de la Universidad de Teherán, informó de un terremoto de 7,2 grados en la escala de Richter y a 11 kilómetros de profundidad en la localidad de Azgale, también en Kermanshah y próxima a Ghasr Shirin.
Numerosas réplicas, algunas de hasta 4,5 grados, se sintieron en varias provincias iraníes, incluida la capital Teherán.
La organización de gestión de crisis del Ayuntamiento de Teherán pidió a la población tranquilidad y aseguró que los órganos de seguridad y los servicios sanitarios están en alerta.
Por su parte, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) indicó que el epicentro del terremoto se produjo a las 18:18 GMT cerca de la ciudad iraquí de Halabya, cercana a Irán, y a una profundidad de 33,9 kilómetros.
Irán tiene una gran actividad sísmica. El terremoto más grave hasta la fecha se produjo en junio de 1990, cuando perdieron la vida 37 000 personas en varios pueblos del norte del país.
Otro sismo registrado en diciembre de 2003 en la provincia meridional de Kerman se saldó con 31 000 fallecidos.