Los estudiantes de la Unidad Educativa Victoria Vásconez Cuvi se movilizaron 20 minutos antes de la hora dispuesta para el ejercicio, que empezó a las 11:00 de ayer. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Los habitantes de Latacunga y Salcedo participaron ayer, 30 de marzo, en un nuevo simulacro de evacuación para estar listos ante una posible erupción del volcán Cotopaxi.
El coloso sigue con su proceso eruptivo, pero su actividad interna presenta algunos cambios, según el monitoreo del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional.
Desde el martes 29 de marzo, ese comportamiento moderado tiene una tendencia descendente; es decir, el nivel de actividad ha bajado, casi a lo que tenía hasta antes de abril del 2015, cuando comenzó su reactivación.
Mario Ruiz, director del Geofísico, explica qué significa este cambio. La mayoría de sus parámetros registra una menor actividad. Por ejemplo, ya no hay expulsión de ceniza y gases, los tremores (movimiento interno) desaparecieron y la cantidad de sismos ha disminuido notablemente.
En estos últimos hay una salvedad: si bien actualmente se producen 20 sismos volcano-tectónicos diarios (antes eran 50), su magnitud no se ha reducido, pues son de entre 2 y 2.8 grados.
Además, siguen las explosiones internas y los flancos del volcán continúan deformándose (se hincha). Todo esto se debe a que subsiste una fuerte presión o perturbación. Por esas condiciones aún no se puede determinar que la actividad interna es baja. “No está en total reposo”.
En la mañana de ayer se divisó una emisión de vapor de agua, que se elevó hasta 500 metros sobre el cráter. Esa manifestación no se había visto en las últimas semanas.
Aunque la actividad tienda a disminuir, Ruiz dice que la población de las provincias de Cotopaxi, Pichincha y Napo debe seguir preparándose.
Pone énfasis en que este proceso eruptivo no ha concluido y lo que ha ocurrido hasta este momento ha sido pequeño frente a episodios anteriores, que han tenido una actividad mucho más fuerte que la del 14 de agosto del 2015, cuando el Cotopaxi erupcionó.
El simulacro de ayer en Latacunga y Salcedo sirvió para evaluar en qué medida están listos los pobladores para reaccionar ante un evento del volcán de mayor magnitud.
De los primeros informes, el ejercicio, que se desarrolló entre las 09:00 y las 13:00, no tuvo la respuesta que deseaban las autoridades cantonales y de la Secretaría de Gestión de Riesgos.
El Comité de Operaciones de Emergencia informó que participaron 37 000 personas, cuando se esperaban 75 000. A continuación presentamos las debilidades de esta práctica preventiva.
Autoridades atrasadas
La instalación de los Comités de Operaciones de Emergencia tuvo un retraso en Latacunga y Salcedo. Las autoridades, funcionarios municipales y de las entidades de socorro llegaron a destiempo. El guión del supuesto cambio de alerta y evacuación de la población elaborada por la SGR no fue acatado por los integrantes de las mesas del COE. Patricia Cornejo, coordinadora (e) de la SGR, hizo un llamado de atención al alcalde de Latacunga, Patricio Sánchez, por no instalar el COE a la hora dispuesta. El Burgomaestre dijo que tenía entendido que esa tarea era del Gobernador, como se coordinó en las anteriores experiencias.
Inconvenientes con la operación de las sirenas
Hubo dificultades en la activación de las 13 sirenas del Sistema de Alerta Temprana y del Municipio de Latacunga. Las alarmas, que se prendieron en dos ocasiones, no sonaron de forma sincronizada y el sonido que se reprodujo por los altavoces no fue escuchado en algunos sectores de Latacunga. Las frases como “Atención, atención. Esto es un simulacro, por favor, evacúe y diríjase al punto de encuentro” se escuchó en las cercanías. Los veedores de la SGR y del Municipio de Latacunga llenaron los formularios sobre el funcionamiento de los aparatos.
Los participantes en la evacuación
Según las autoridades, unas 30 000 personas de Latacunga y
7 000 de Salcedo participaron en el ejercicio; en la capital cotopaxense se involucraron 29 000 estudiantes y profesores de los 45 centros educativos, ubicados en las zonas de riesgo. Augusto Dueñas, jefe político de Latacunga, indicó que 1 000 personas fueron funcionarios públicos, de entidades bancarias y moradores de las zonas de riesgos. Mientras, las actividades comerciales y turísticas se realizaron con normalidad en la ciudad. “Esto no es broma, parece que la población no está preparada como para aceptar la reactivación del volcán y esto hay que tomarlo con seriedad”, comentó Sánchez.
Los estudiantes se adelantaron al ejercicio
Los directores y profesores de las instituciones educativas salieron 20 minutos antes de que se activaran las alarmas. Las autoridades de los plantes se guiaron en las disposiciones enviadas por mensajes de texto de la Dirección del Ministerio de Educación o por la evacuación de otras instituciones educativas. Los docentes tuvieron que obstaculizar las vías para que los alumnos cruzaran las calles y se dirigieran a las zonas seguras. No hubo la presencia de la Policía en algunos sectores de la urbe.
La circulación vehicular no se detuvo
La disposición de suspender el tránsito vehicular por una hora en el centro de Latacunga y Salcedo no fue acatada. Los transportistas de servicio público como taxis, buses y camionetas brindaron su servicio sin inconvenientes. Los trabajadores del Sistema tarifado y la Policía Municipal ayudaron en la movilización de los estudiantes.