A finales de julio, la Policía desmanteló en Cuenca un laboratorio clandestino para la elaboración de medicinas falsas. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Diciembre del 2015. Agentes de la Unidad de Delitos Aduaneros de la Policía descubrieron el primer laboratorio clandestino del país, donde se detectó la fabricación de medicamentos falsos.
Eran dos bodegas que estaban en Carcelén, barrio residencial del norte de Quito. Allí se detuvo a tres personas, quienes eran consideradas parte de una red dedicada a la elaboración, distribución y venta de fármacos ilegales en Guayaquil y en Santo Domingo.
En esta última, otra persona fue detenida durante el mismo operativo. Pero de los cuatro, dos fueron liberados y los otros dos recibieron condenas de uno y seis años de cárcel.
Desde aquel operativo, la Policía se ha incautado en el país de 16 toneladas de medicinas falsas, ha detenido a 17 personas e investiga a otras 129. Pero solo los dos sospechosos de Carcelén están en prisión.
Al resto, los jueces les han otorgado medidas sustitutivas, multas económicas, fianzas y, en otros casos, no se les formularon cargos. Eso, por ejemplo, sucedió con los detenidos del último operativo en Cuenca.
La Policía allanó cuatro inmuebles y 13 farmacias, en donde se producían y se vendían medicinas falsas. Los agentes que realizaron el operativo explicaron al juez que se trataba de una banda que traía medicamentos caducados desde Perú. Luego los procesaban en el laboratorio clandestino. Entre los productos que hacían había pastillas, jarabes, ampollas y cremas.
Los agentes, incluso, explicaron los roles que cada detenido tenía en la estructura.
Unos se encargaban de la importación de los productos, otros de la elaboración, pues mezclaban las sustancias para luego empaquetarlas y entregarlas a otros sospechosos que simulaban ser visitadores médicos que ofertaban los productos en farmacias.
Entre los detenidos estaban quienes transportaban la mercadería. Los agentes dicen que en vehículos pequeños trasladaban las medicinas a ciudades como Machala, Huaquillas, Macará, Gualaceo, Azogues y Loja. Sin embargo, el juez que conoció la causa decidió dejar en libertad a cuatro de los detenidos y a los otros cinco les dio medidas sustitutivas. Es decir, que se presenten periódicamente y que no salgan del país. Eso llamó la atención del ministro del Interior, César Navas, quien habló con EL COMERCIO y dijo que la investigación de la Policía fue eficaz. Además, señaló que detectaron que los medicamentos eran de origen chino. Por eso, lamentó que pese a las pruebas entregadas, el juez tomara esa decisión.
De allí que se reunió con autoridades de la Judicatura para definir un protocolo en estos casos, en donde existen sospechas de las decisiones judiciales. Según Navas, la idea es que se revisen nuevamente los expedientes y que se abran procesos administrativos en contra de jueces y fiscales.
En la Judicatura, sus autoridades creían que los procesos judiciales estaban en marcha.
Por eso, Navas no descarta pedir una explicación de los procesos que han existido sobre fármacos adulterados, pues dice que el riesgo para los consumidores es alto.
En el caso de Cuenca, las investigaciones detallan que Diego S. era uno de los cabecillas de la organización, mientras que los otros cuatro le ayudaban a trasladar la mercadería y la ofertaban en farmacias. Por eso, fueron procesados bajo el art. 217 del COIP. En la norma se establecen penas de tres a cinco años para quienes produzcan o vendan medicamentos falsificados”.
Pese a esto, los cinco sospechosos están actualmente en libertad. Sus expedientes judiciales no aparecen en la página de la Judicatura.
Agentes que los detuvieron dicen que no conocen en qué etapa está el proceso, solamente saben que a Diego S. los jueces le dieron una fianza de USD 38 000, mientras que los otros cuatro implicados tienen medidas sustitutivas.
Algo similar sucedió en junio de este año, en la Bahía de Guayaquil. La Policía encontró medicamentos falsos en 129 locales. Los dueños de los almacenes son investigados.
No obstante, las autoridades no clausuraron ningún establecimiento y hasta la semana pasada los agentes decían que tienen información de que en ese lugar todavía se comercializan ilegalmente estas medicinas adulteradas.