La ONG señaló que las fuerzas de seguridad iraquíes han empleado “fuego real” y gases lacrimógenos contra el personal médico, hospitales de campo en las cercanías de las manifestaciones e incluso ambulancias. Foto: AFP
La organización Human Rights Watch (HRW) denunció este jueves 14 de noviembre de 2019 que las fuerzas de seguridad han atacado a decenas de médicos que atienden a los manifestantes heridos desde el inicio el pasado 25 de octubre de la segunda ola de protestas en Irak, en la que al menos un trabajador sanitario ha muerto.
En un comunicado, la ONG señaló que las fuerzas de seguridad iraquíes han empleado “fuego real” y gases lacrimógenos contra el personal médico, hospitales de campo en las cercanías de las manifestaciones e incluso ambulancias.
“Los médicos se han convertido en otra víctima de la fuerza excesiva del Estado”, aseveró en la nota la directora de HRW para Oriente Medio, Sarah Leah Whitson.
Añadió que “estos ataques muestran un absoluto desprecio por la necesidad imperiosa de garantizar que los trabajadores médicos puedan hacer su trabajo esencial” en el marco de las protestas.
HRW ha recogido testimonios de varios médicos de Bagdad y otras localidades de Irak, y según el relato anónimo de uno de ellos, un compañero falleció cuando estaba atendiendo a heridos en una zona de la capital, a pesar de que la Policía Federal iraquí le había dado permiso para operar allí.
La víctima, identificada como Abbas Ali, recibió un disparo primero en la mano mientras atendía a un manifestante y luego en el cuello, a pesar de que el profesional llevaba puesta una bata médica.
“No creo que sea la única muerte, pero sí es la única que hemos documentado”, aseguró hoy a EFE la investigadora de HRW Belkis Wille.
“Los médicos están apartados de las protestas para no ser objetivo (de las fuerzas de seguridad)”, dijo Wille, agregando que sin embargo fueron atacados por los uniformados cuando atendían a pacientes lejos de las zonas donde tenían lugar las manifestaciones.
“Es algo que nunca antes habíamos visto en Irak”, aseveró la investigadora.
Además, destacó que a pesar de la violencia, “las amenazas no han impedido (a los médicos) ir a prestar ayuda” a los manifestantes.
“Si las fuerzas iraquíes están violando las normas, la responsabilidad es del Gobierno, incluso si las autoridades no dieron la orden de disparar porque tienen el deber de proteger los derechos de todos los iraquíes”, sentenció Wille.
Por ello, HRW instó a las autoridades a garantizar asistencia médica a todo aquel que lo necesite, al mismo tiempo que instó a que se lleve a cabo una investigación independiente de las muertes a manos de las fuerzas de seguridad, en la que participen expertos internacionales.
Las protestas estallaron en Irak el pasado 1 de octubre por primera vez y se reanudaron el día 25 de ese mes, y desde el primer conato hasta el 7 de noviembre han muerto al menos 269 personas y más de 8 000 han sufrido heridas, según los últimos datos de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.