Katherine Ward, embajadora de Reino unido en Ecuador. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Entrevista a Katherine Ward, embajadora de Reino unido en Ecuador.
¿Reino Unido tuvo gastos por operativos para la seguridad de Assange?
Fueron 13,2 millones de libras en costos de Policía, solo entre junio 2012 y octubre 2015. Esta cifra fue citada en el Parlamento la semana pasada. Hubo gastos importantes al inicio de la vigilancia de la Embajada ecuatoriana en Londres por si se escapaba. Por supuesto, esto fue una molestia importante para el Gobierno británico.
Reino Unido ha dicho que en sus leyes no hay la extradición a países con pena de muerte, pero ya se considera la extradición de Assange a Estados Unidos, donde hay esta pena…
No. Ahí hay una confusión que es muy importante aclarar, porque no todo el mundo está reportando esto como se debe. Lo que dice la Ley británica es que si un país que tiene la pena de muerte pide la extradición, nuestro Ministro del Interior tiene que pedir garantías de ese país para que la persona sobre quien se solicita este trámite no pueda estar sujeta a la pena de muerte. ¿Qué significa eso? Si un país que tiene la pena de muerte pide, no se puede hacer esta extradición sin tener las garantías, de Estados Unidos, en el caso de Assange, por escrito, pero si (ese país) da las garantías, las cortes y el Ministro del Interior pueden considerar la extradición.
Ecuador también pidió garantías. Pero esos acuerdos fueron entre los ejecutivos de Ecuador y de Reino Unido. ¿Qué garantías hay de que cumpla esto el poder judicial de su país, que es independiente?
Esto es correcto, que en el Reino Unido el poder judicial es completamente independiente. Lo que dio el Gobierno británico al ecuatoriano fueron explicaciones por escrito de cómo funcionan nuestras leyes respecto a la extradición. Si su pregunta es que si esto es un acuerdo especial, no lo es. Lo que hicimos fue explicar cómo funciona nuestro sistema judicial en cualquier caso de extradición. Entonces, no se trata de un acuerdo especial o entre gobiernos; se dice lo que rige en la ley británica. Entonces, ante el pedido del Gobierno ecuatoriano se precisó porque había preocupación respecto a la pena de muerte en una eventual extradición y también había preocupación respecto a eventuales torturas y malos tratos. Es importante ser precisos en eso, porque no se está necesariamente reportando de manera precisa, porque estas protecciones respecto a los derechos humanos se aplicarían en cualquier caso de extradición. No es algo especial, es para cualquier persona.
La defensa de Assange dice que la Policía entró a la embajada de Ecuador, es decir, a territorio ecuatoriano. ¿Usted cree que se infringió el territorio ecuatoriano cuando se lo tomó preso a Assange?
Absolutamente no. Primero, bajo la convención de Viena, la Policía no puede entrar a una embajada así, sin que el Embajador pida asistencia o invite a la Policía a entrar. En este caso, el embajador Marchán ha explicado muy claramente que le dijo al señor Assange que el Ecuador había tomado la decisión de terminar el asilo y lo invitó a salir. El señor no quiso y el embajador Marchán pidió entonces la asistencia de la Policía británica. No se trata de que la Policía decide entrar, se trata de que el Embajador ecuatoriano invitó a la Policía a entrar. No se infringió nada, y como ha explicado el canciller Valencia en la Asamblea Nacional, la manera en la que ha sido retirado el asilo está completamente bajo las reglas del derecho internacional.
¿Hubo algún momento en el que se pudieron romper las relaciones entre Ecuador y Gran Bretaña?
Cuando se produjo este otorgamiento de asilo, esto tuvo un impacto muy negativo en las relaciones bilaterales. Bajo el Gobierno anterior, la relación bilateral estaba casi congelada. No había visitas ministeriales entre los dos países. De vez en cuando había una reunión entre cancilleres en el margen de una cumbre internacional, pero nuevamente la relación entre estos países estaba en su punto mínimo. Tuvo un impacto muy negativo. Ahora que el Gobierno ecuatoriano ha resuelto este asunto, esperemos que la relación bilateral llegue a florecer. Desde que llegó el presidente Moreno al poder, la actitud del Gobierno cambió hacia el Reino Unido y desde el primer momento nos manifestó su deseo de tener mejores relaciones. Por eso, en julio del año pasado el Presidente fue a la Cumbre Mundial de Discapacidades y él fue el ponente principal. Con eso vimos cuánto se ha mejorado la relación .
¿Cómo fueron esos momentos cuando The Guardian denunció un supuesto espionaje en Londres?
Fue en diciembre del 2017, unos cinco meses antes de la llegada de Moreno, cuando Ecuador le concedió la nacionalidad y trataron de acreditar a Assange como consejero político en la Embajada de Ecuador. Esa sugerencia de acreditar como diplomático a alguien que no era diplomático, y además porque era alguien que había violado la ley británica y que había huido, fue extremadamente mal visto en Londres y fue rechazado en dos ocasiones sucesivas. Esto creó tensión en cierto momento, pero afortunadamente hemos sobrellevado todas estas presiones y con el canciller Valencia la cooperación ha sido excelente.
Hoja de vida
Katherine Ward fue designada como embajadora de Reino Unido en Ecuador desde enero de 2017. Desde que se unió a la Cancillería del Reino Unido en 1994, ha trabajado en asuntos multilaterales y relaciones bilaterales alrededor del mundo. Fue Primera Secretaria de la Embajada en París y Segunda Secretaria en la Embajada en Cuba.