Un servicio de vigilancia, a través de cámaras, le permite activar los sistemas de monitoreo y alarmas a través del teléfono celular. Foto: Imagen referencial. Archivo/ EL COMERCIO
Los desconocidos cortan los cables de luz y teléfono de las casas antes de entrar a robar. Así desactivan los sistemas de alarma. La maniobra es rápida. Una vez apagado el dispositivo, ingresan a la vivienda y se sustraen los objetos de valor.
Esta técnica es conocida por policías que dan seguridad en zonas residenciales. Ellos explican que las alarmas instaladas en las casas, se comunican con las centrales de monitoreo a través de la línea telefónica de la vivienda.
Sin embargo, los nuevos sistemas de seguridad GPRS, que incluyen cámaras de vigilancia, sirenas y sensores, usan redes inalámbricas de Internet para transmitir información e imágenes a tiempo real a la central de la empresa y al celular de los dueños de casa. De esta manera, su funcionamiento no puede ser suspendido por un corte en la red telefónica.
También trabajan con baterías que aseguran un desempeño normal del equipo hasta 24 horas después de la interrupción de la energía eléctrica. Inclusive, el apagón es notificado a la central para que evalúe la situación.
Los sistemas inteligentes son relativamente nuevos en el país. Alejandro Sandoval, gerente general de la empresa ecuatoriana de seguridad electrónica CGB, explica que este sistema lo trajeron hace tres meses al país, pero que desde hace un mes está disponible para los usuarios.
El costo depende del tamaño de la casa. Una alarma —sin cámaras de seguridad— para un departamento puede costar unos USD 200. En una casa grande, debido a la cantidad de sensores necesarios, el monto puede ascender a USD 1 000. Además de eso, el usuario debe hacer un pago mensual por el servicio.
En una entrevista con este Diario, Sandoval indicó que el éxito de este tipo de sistemas radica en la capacidad de integrar monitoreo en vivo, alarmas y protección en un solo servidor central—oculto en algún lugar de la casa—, que mantiene a la empresa de seguridad y al dueño de la vivienda al tanto de lo que está pasando en el interior del domicilio.
Funciones como la de activar y desactivar la alarma, encender las luces para simular la presencia de gente en la casa, y abrir y cerrar puertas con cerraduras electrónicas, desde el celular, también pueden formar parte de este tipo de servicio.
Junto con el lector biométrico para la entrada de la vivienda, cámaras de videovigilancia y un teclado de control, la empresa entrega un botón de pánico para que el usuario pueda enviar una señal de auxilio a la central de monitoreo.
Este último responde a una realidad que CGB ha conocido en sus 35 años de experiencia. La mayoría de robos a domicilios ocurren en la tarde cuando, probablemente, haya una sola persona en la casa.
El Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana coincide con este dato. Según sus informes, la mayor cantidad de robos en Quito, durante el 2015, se registraron entre la tarde y la noche. Esa misma entidad afirma que el año pasado se reportaron 748 denuncias por robo a domicilios en la capital.
Por eso, el incremento en ventas de estos implementos ha aumentado en el último año. Así lo explicó a EL COMERCIO Vladyslav Taranchenko, gerente de ventas de la importadora Tecno Global. Según él, los dispositivos más vendidos son las cámaras de monitoreo. Su empresa también ha registrado un aumento en ventas de los sistemas de alarmas para casas.
El funcionamiento
Este mecanismo, interconectado a una central, está compuesto por distintos tipos de sensores. Hay unos que detectan movimiento, otros, magnéticos, se activan cuando una puerta es abierta y otros cuando se rompe una ventana.
El servidor central—que tiene integrado un chip de celular— recepta cualquier alerta de estos sensores y puede realizar hasta seis llamadas telefónicas y enviar tres mensajes de texto a números telefónicos seleccionados por el usuario. Al mismo tiempo, una sirena se activa dentro de la casa.
Taranchenko explica que este sistema de alarma puede costar en USD 180 y 250, dependiendo de la cantidad de sensores que el usuario requiera. En tanto que un kit básico de cuatro cámaras de vigilancia, más el módulo de grabación puede costar entre USD 580 y 800, dependiendo de la resolución de las cámaras y la capacidad del disco duro donde se almacenarán las grabaciones.