Un taller de bicicletas en Tokio, Japón, recibe pagos en dinero electrónico. Foto: AFP
Con un teléfono celular en mano los latinoamericanos realizan, cada día con mayor frecuencia, una serie de operaciones como transferencias de dinero, consultas de saldo en instituciones financieras, depósitos, retiros, recargas al celular, pagos de servicios, pagos en comercios, entre otras.
Hasta el 2017, México, Brasil, Perú y Colombia eran los cuatro países en donde se contaban tres o más servicios de dinero móvil o electrónico, según el reporte ‘Panorama del dinero móvil en América Latina y el Caribe’, elaborado por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla). Según este documento, en el año mencionado se registraban 43 productos y servicios de dinero móvil en funcionamiento en 26 países.
En la mayoría de países que usan este sistema existe un elemento clave: está disponible para dispositivos móviles básicos y no se requiere de acceso a Internet o consumir saldo.
En Perú, donde el 43% de las personas mayores de 15 años tiene una cuenta de ahorros y el 97% de los hogares utiliza la telefonía móvil, funciona la Billetera Móvil (BIM) desde el 2016. Tres años después, en mayo pasado, 646 000 usuarios hicieron más de 807 000 transacciones por un monto total que superó los 113 millones de soles (USD 33,8 millones). Son aún cifras pequeñas para el tamaño de la economía peruana, pero hay optimismo.
En México, donde cerca del 30% de su población está bancarizada, también se impulsa la billetera móvil. En ese país, hasta el año pasado solo el 2% de la población usaba el dinero móvil y se calcula que la madurez de este sistema llegará en unos cinco años.
En la región, una de las dificultades para que el modelo crezca es la infraestructura. Gonzalo Núñez, socio de servicios financieros de la consultora Ernst & Young, en México, señala que las billeteras móviles ya tienen tiempo en el mercado global y ha tenido impulso gracias a los mileniales.
Esta nueva realidad viene de la mano del avance la telefonía móvil. El año pasado, América Latina y el Caribe contaban con 442 millones de suscriptores de telefonía móvil, cifra que representaba el 68% de la población, según el estudio ‘La economía móvil en América Latina y el Caribe 2018’, elaborado por GSMA, una firma especializada en esta industria.
El reporte añade que la tasa de penetración de telefonía móvil en la región se mantiene ligeramente delante del promedio mundial (66%), pero detrás de mercados desarrollados, incluyendo Europa y América del Norte.
Una paradoja en Japón
En Japón, donde la tecnología está más avanzada, sucede una paradoja: la gente prefiere pagar en metálico al considerar los billetes más tangibles que los pagos electrónicos.
El Gobierno japonés pretende casi duplicar el número de transacciones electrónicas y que estas representen el 40% antes del 2025, en un país donde el uso de billetes sigue muy extendido en comparación con otras potencias económicas. Eso explica por qué en el 2018, solo el 24% de las operaciones de pago fueron efectuadas con medios electrónicos.
La fidelidad a los billetes de siempre en Japón, una potencia tecnológica aferrada a valores tradicionales, resulta significativa teniendo en cuenta que en este país existen desde hace 15 años medios de pago sin contacto, a través de sistemas de microchips instalados en tarjetas o móviles.
El Semanario LÍDERES presenta este lunes 26 de agosto un informe sobre el uso de la billetera móvil.