En el Letort, la médica Jannyna Chávez responde preguntas de los adolescentes. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Avergonzada y disculpándose, la alumna, de 15 años, preguntó: “¿es necesario usar un nuevo condón para cada postura sexual? Al escucharla, todos sus compañeros se rieron. “Perdón, dijo, tenía esa duda”.
La médica del Colegio Letort, Jannyna Chávez, le respondió, con total frontalidad. Y pidió respeto a los chicos.
En ese plantel particular, cada semana los estudiantes son parte de talleres. En el del jueves, sobre enfermedades de transmisión sexual, Ricardo (nombre protegido), de 15, contó que no puede hablar con sus padres sobre sexo.
Si la consecuencia de no protegerse -cuestionó- puede ser contraer enfermedades como el herpes (que los chicos vieron en fotos), “no deberíamos hablar de esto solo aquí”.
Entre otros temas, los adolescentes consultaron cómo funciona la píldora de emergencia. Lo recordó Daniel (nombre protegido), de tercero de Bachillerato.
Le gustaría saber en qué casos se usa y cómo afecta a la mujer. Su compañera de aula, Mishel (nombre protegido) no quisiera depender de que su pareja se cuide para no resultar embarazada. “Me gustaría saber qué opciones tengo”.
Pero no solo quieren instruirse sobre prevención del embarazo. Alicia Daulon, psicóloga del Isaac Newton, mencionó que los chicos también preguntan sobre la masturbación. A muchos -le han contado- aún les amenazan en casa diciéndoles “te van a salir pelos en las manos”.
Por eso, según la psicóloga, organizan periódicamente espacios para conversar, por ejemplo, sobre lo que es la pornografía, ya que “hoy los alumnos tienen más acceso a ella. Piensan que el sexo es como se ve ahí y que deben cumplir esos estándares”.
Acciones como estas se toman en colegios privados para abordar temáticas de sexualidad desde tercero de Básica. También se trabaja de manera personalizada con cada chico.
Este Diario solicitó autorización al Ministerio de Educación para consultar a profesores y alumnos de planteles fiscales cómo se trata este tema. La Cartera no lo permitió.
En el currículo nacional, Fernanda Porras, exsubsecretaria para la Innovación Educativa y el Buen Vivir, precisa que la sexualidad es un tema que se encuentra “transversalizado” en asignaturas como ciencias naturales o sociales.
A los más pequeños, por ejemplo, se les enseñan las partes de su cuerpo y que nadie más que ellos puede tocarlas.
La actual subsecretaria, Isabel Bermeo, anota que trabajan en ampliar el enfoque. Ahora construyen instrumentos de ‘oportunidades curriculares’, para que los docentes identifiquen qué contenidos pueden dar lugar a charlar sobre temas de sexualidad, en las clases.
El objetivo -explica- es tener material desde preparatoria hasta Bachillerato y para todas las asignaturas.
Tras proyectos aplicados en el sistema fiscal y enfocados en la prevención, Bermeo detalla que identificaron necesidades de los alumnos. Entre ellas, que quieren clases de educación para la sexualidad y que también se forme a sus padres.
¿Cómo responden los docentes cuando estas dudas surgen en el aula? El ambiente de confianza que se genera con la convivencia diaria, dice Saskya Gómez, profesora del Newton, hace que los chicos acudan a ellos y no a sus padres.
Cada vez a más temprana edad -comenta- en los alumnos se despierta interés alrededor de la sexualidad. “Tienen dudas, pero se cuestionan: ¿cómo les voy a decir a mis papás que ya tengo relaciones íntimas y que me lleven al médico?”. Por eso, el tiempo que los docentes empleen en el aula para responder esas dudas, cree Gómez, no es perdido.
La psicopedagoga Carmen Alcívar aclara que los niños y adolescentes necesitan escuchar la verdad, en un lenguaje directo, claro y acorde con su edad. “No se debe hablar como si fuera un tema difícil, sino con naturalidad”.
Los docentes -sostiene Alcívar– deben conocer el desarrollo psicoevolutivo sexual de los alumnos. Es necesario que el profesor sea muy observador y que aproveche el momento en que aparecen inquietudes para solventarlas.
La encargada del Departamento de Consejería (DECE) de un establecimiento fiscal, que prefirió la reserva de su nombre, opina que al currículo oficial le hace falta incluir más sobre educación sexual.
Por eso buscan la forma de despejar dudas de los alumnos. Por ejemplo, “un grupo pensaba que con el coito interrumpido es imposible un embarazo. Me dijeron que eso les funciona a sus compañeros”.
No olvide
El lenguaje utilizado con niños y jóvenes debe ser claro, llamar a las partes del cuerpo por su nombre.
Las dudas o errores se deben responder sin amonestación, sino invitando a la reflexión.
Los pares niños o jóvenes no son fuentes de información. Docentes, psicólogos y médicos del colegio deben actuar.