El voluntariado para cuidar la naturaleza va en aumento

RafaelaAguirre realiza sus prácticas en el zoológico de Guayllabamba. Participó en un voluntariado en Sudáfrica.

RafaelaAguirre realiza sus prácticas en el zoológico de Guayllabamba. Participó en un voluntariado en Sudáfrica.

RafaelaAguirre realiza sus prácticas en el zoológico de Guayllabamba. Participó en un voluntariado en Sudáfrica. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO

El interés de los jóvenes por la preservación del ambiente se refleja en la oferta de voluntariados que existen para el cuidado de la flora y fauna. Algunas opciones son pagadas, otras gratuitas, y todas prometen una experiencia a través del contacto con la naturaleza y las diferentes culturas.

El Parque Nacional Galápagos recibe alrededor de 70 voluntarios al año. Walter Bustos, director del parque, explica que pueden participar tanto en las áreas administrativas como en las técnicas. Lo que se busca es que se involucren en las acciones de manejo y trabajen por el desarrollo sustentable de la provincia.

Dependiendo de sus conocimientos, algunas de las acciones que se les encargan son: el registro de visitantes y análisis de la demanda turística; acciones de educación ambiental y la asistencia en reproducción y crianza en cautiverio de tortugas gigantes.

Para realizar los voluntariados no es necesario ser un experto en temas ambientales. Andrés Gavilanes, director de Amazon Learning, explica que lo más importante es que los participantes estén motivados a vivir esta experiencia.

El programa de Gavilanes busca voluntarios para el trabajo con las comunidades del Tena. Durante el primer mes, cuenta Gavilanes, los visitantes se adaptan a las tareas. Los dos siguientes meses ya empiezan a llevar a cabo sus proyectos y, al final, se analiza todo lo aprendido.

Gavilanes ha recibido personas de Estados Unidos y de países europeos, que buscan conocer una cultura distinta, mientras realizan esta labor.

Rafaela Aguirre ha podido vivir la experiencia en el país y en el extranjero. Hace un año viajó a Sudáfrica, donde realizó un voluntariado en una comunidad. Ahora, pasa sus días en el zoológico de Quito, en Guayllabamba, junto a los animales que llegan a la clínica, tras haber sido víctimas de maltrato o tenencia ilegal.

Para Martín Bustamante, director del zoológico de Quito en Guayllabamba, esta es una oportunidad para la formación de los estudiantes. En el zoo pueden hacer prácticas los estudiantes de biología, veterinaria, turismo y educación. Se están preparando para poder recibir voluntarios.

Para quienes no desean salir de la ciudad también hay opciones. Pedro Bermeo, coordinador del colectivo Libera, explica que los voluntarios pueden sumarse a las actividades que se realizan en los huertos urbanos o aportar en el restaurante vegano Tandana.

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