David Saltzberg, profesor de física y astronomía en la Universidad de California, es asesor en la parte científica del programa ‘The Big Bang Theory’ Foto: Facebook/ The Big Bang Theory.
“¡Me rindo! ¡Eres imposible!”, le dice Penny a Sheldon Cooper, un doctor en física cuyo coeficiente de 182 le provoca todo el tiempo conflictos de ego (en realidad, piensa que casi todos son estúpidos).
“¡No puedo ser imposible, porque existo, Penny! Supongo que habrás querido decir: ‘Me rindo. Eres improbable'”, la corrige sin mediar tono.
En efecto, es poco probable que exista un Sheldon en la vida real, pero no imposible. El más cercano a él es David Saltzberg, profesor de física y astronomía en la Universidad de California y asesor en la parte científica del programa ‘The Big Bang Theory’, que se transmite todos los martes por Warner Channel a las 21 horas.
“Los escritores checan Wikipedia“, reconoce en entrevista con EL UNIVERSAL. “Pero cuando son temas complejos me mandan un correo electrónico y les doy opciones. Otras veces es una discusión con todos reunidos y me ponen en altavoz, lo cual es difícil porque puedo no saber bien qué me están preguntando por teléfono”, comparte el científico.
Al escucharlo, es inevitable pensar en una respuesta digna de Sheldon, quien no sólo tiene problemas para entender lo que la gente común le expresa, sino que es en suma metódico; pero Salzberg es más ligero y agradable.
Reconoce que el éxito de este personaje que va en su temporada 10 se debe en realidad a la pericia y gustos de todos los que conforman el sitcom; desde los escritores (ellos sí, fanáticos de la cultura geek), hasta el propio Jim Parsons, quien le da vida.
“Las historias no son sobre ciencia en realidad, sino de situaciones que todos vivimos, como la dificultad de tener novia y compartir con roomates; esa es la clave de la serie. Aunque el ingrediente extra (lo científico) es una línea bien trabajada”, considera.
El otro discurso:
La serie posee un subtexto para quienes aman la ciencia. En los episodios, Sheldon escribe complejas fórmulas físicas en un pizarrón y realiza bromas que pocos podrían entender. Es un mensaje encriptado, aunque no necesariamente riguroso.
“No somos una policía científica. De ser así, la película Volver al futuro nunca se hubiera realizado, ni otras historias locas como ‘Los Cazafantasmas’, que también contaron con asesorías”.
En sus años como asesor, el físico sólo ha reconocido un error (una fórmula de un colega que tenía un detalle casi imperceptible), pero también ha tenido que tomar decisiones importantes para prever algún daño mayor por una mala interpretación de algunos conceptos.
“En un capítulo los personajes modificaban sus voces artificialmente por la inhalación de hexafluoruro de azufre. Sin embargo, hay una posibilidad mínima pero real de asfixia, así que decidimos cambiarlo”, comparte, pues “hay que recordar que hay millones de personas que ven el show”.
El doctor Saltzberg considera que ‘TBBT’, lejos de promover estereotipos, ha creado un fabuloso canal de interés hacía la ciencia y el mundo geek.