“Estas jornadas ayudan a demostrar que los niños con diabetes no tienen limitantes, mientras estén correctamente medicados”, asegura Vicente Torres, secretario ejecutivo del Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Con astucia y rapidez, Fabián hizo algunos pases para meterle un gol a la diabetes. Este domingo 11 de noviembre de 2018, después de un intenso partido, el joven de 18 años recibió una medalla dorada.
Ese fue un reconocimiento no solo a su destreza en el fútbol como volante derecho, sino también a su determinación en cada encuentro contra la diabetes tipo 1, una condición que le diagnosticaron hace cuatro años.
Pégale un gol a la diabetes, una jornada que se desarrolló en el parque de la ciudadela Ferroviaria, en Guayaquil, abrió la semana de actividades por el Día Mundial de la Diabetes, que se recuerda cada 14 de noviembre.
“Estas jornadas ayudan a demostrar que los niños con diabetes no tienen limitantes, mientras estén correctamente medicados”, asegura Vicente Torres, secretario ejecutivo del Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil.
Pero en la cancha de la diabetes el acceso a los medicamentos es un obstáculo. Aracely Bazurto es la presidenta de la Fundación Aprendiendo a Vivir con Diabetes (Fuvida), que dio impulso al encuentro de este 11 de noviembre de 2018.
Recuerda que justo hace un año se acordó la distribución de insulinas análogas de primera generación para un tratamiento más flexible de la diabetes tipo 1. Además se consideraría una terapia integral con jeringas y lancetas para las pruebas de glucemia -niveles de glucosa en sangre-, que resulta muy costosa para las familias. “El acuerdo está, pero se quedó solo en el escritorio”.
La especialista y madre de una joven con esta condición reitera además la necesidad de contar con equipos multidisciplinarios en los pediátricos del país. “El grupo debe estar conformado por un endocrinólogo, un nutricionista y un educador en diabetes. Es la persona que guía, que entrena, que empodera y responde las inquietudes. Eso falta en los hospitales”.
En este tipo de diabetes los controles de glucosa suelen ser continuos, al igual que el suministro de insulina. Galo tiene 5 años de edad y necesita diez dosis de insulina ultrarrápida y seis más de insulina lenta en el día. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Fuvida acoge a cerca de 300 niños y jóvenes con diabetes tipo 1, caracterizada por el aumento de los niveles de glucosa en sangre debido a la disminución de la formación de la hormona insulina por parte de las células beta del páncreas.
Algunos de ellos, como Fabián, corrieron este domingo tras un balón. Otros participaron en una entretenida feria con kioscos de comida típica y entretenimiento infantil.
Mónica Osorio es una de las voluntarias de Fuvida. En la fundación ha encontrado apoyo desde hace 10 años, cuando su hija debutó con la diabetes. Supo que algo no estaba bien cuando Patricia perdió peso en solo dos semanas y tuvo que ser ingresada de urgencia a un hospital. Ahora la joven tiene 23 y también es voluntaria.
“La gente asocia la diabetes con ceguera, amputaciones, la hemodiálisis, pero los chicos pueden tener una vida saludable si tienen la atención debida y si mantienen el tratamiento, que es muy costoso”, dice Mónica.
Los elevados precios de fármacos e insumos dificultan el partido para quienes tienen diabetes tipo 1. A esto la presidenta de Fuvida suma las dificultades para el ingreso al país de donativos de organizaciones internacionales aliadas. Esos donativos están destinados a cerca de 130 niños que la fundación apadrina.
En este tipo de diabetes los controles de glucosa suelen ser continuos, al igual que el suministro de insulina. Galo tiene 5 años de edad y necesita diez dosis de insulina ultrarrápida y seis más de insulina lenta en el día.
Luisana Chóez, su mamá, recuerda que cuando el pequeño tenía 1 año y 8 meses bebía muchos líquidos y orinaba en abundancia. Al momento del diagnóstico su glucosa estaba en 570 (el rango normal es de 70 y 100 mg/dl).
Luisana y su esposo asisten a las charlas de Fuvida para transmitir esos consejos a su hijo. Pero también pide una mayor atención por parte del Estado.
“Aunque nuestros hijos son muy pequeños la diabetes los ha hecho madurar más tempranamente. Como familias necesitamos que el sistema de salud pública asuma los insumos de nuestros niños porque representa un costo elevado”.
Aunque antes del final del partido Fabián hizo algunos pases magistrales, su equipo perdió. La derrota no lo desanima, porque el partido más importante lo sigue jugando contra la diabetes.