Una danzante indonesia se presentó en el Hogar de Paz como parte del proyecto social que realiza la Embajada de ese país en Ecuador. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Una danzante indonesia sorprendió a 200 niños del Hogar de Paz, ubicado en El Tejar, centro de Quito, con su danza Engang, de Kalimantan oriental. Esta ilustra los movimientos de las aves de la selva de ese lugar del sudoeste asiático.
Asombrados, los niños que acuden a este centro de la capital, miraban las plumas que la joven llevaba en sus manos y los detalles dorados de su vestimenta, tradicional de Indonesia.
Esta presentación fue parte de la finalización del tercer proyecto social que realiza la Embajada de Indonesia en Ecuador, junto a un creativo viajero de ese país, Raditya, quien compartió de cerca con los niños del Hogar de Paz, como parte de su última labor en el país.
La embajadora de Indonesia, Diennaryati Tjokrosuprihatono, detalló que Raditya pintó dos murales junto a los chicos de Hogar de Paz. En ellos graficó los mapas del mundo de Indonesia y de Ecuador. Esto, señaló la Embajadora, fue una forma de compartir elementos de la cultura de ambos países.
Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
El viajero Raditya va por todo el mundo para conocer centros como el Hogar de Paz y comunidades en las que comparte, especialmente con niños. En cada lugar al que llega, pinta mapas para enseñar a los niños dónde queda su país. Asegura que durante sus viajes a la gente se le hace difícil entender esa ubicación. Por eso decidió pintar murales en cada lugar al que va.
Al evento asistió la presidenta del Patronato San José, Liliana Yunda, quien agradeció el trabajo de la embajada en el Hogar de Paz. “Los niños son seres nobles y cariñosos que necesitan amor y apoyo”, dijo la hermana del alcalde de Quito, Jorge Yunda.
El coro del Hogar de Paz también realizó una presentación frente a niños, maestras y autoridades de la Embajada de Indonesia y del Cabildo quiteño. La danza tradicional ecuatoriana también encantó a los visitantes del país oriental. Niños y niñas del Hogar de Paz se presentaron con la vestimenta tradicional de Otavalo y bailaron en el patio de ese centro.
Al finalizar las presentaciones, todos los asistentes degustaron de un menú indonesio. Raditya aseguró que continuará su viaje y espera visitar otros países en los que pueda conocer centros infantiles y comunidades con las cuales compartir y “pintar mapas del mundo en nuevos lugares”.