Carlos Sánchez, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana (FME); Santiago Carrasco, presidente encargado FME; Víctor Álvarez, presidente Colegio Médico de Pichincha; Juan Barriga, traumatólogo HPAS, Gabriel Escobar, jefe de traumatología HPAS; Carlos Cárdenas, vicepresidente Colegio Médico de Pichincha, en rueda de prensa. Foto: Valeria Heredia / EL COMERCIO
El doctor Juan Barriga, traumatólogo del Hospital Pablo Arturo Suárez (HPAS), se defendió de las acusaciones sobre supuestas irregularidades en la adquisición de insumos y dispositivos, en el servicio de traumatología que dirigía hasta semanas atrás. Lo dijo en conferencia de prensa en el Colegio Médico de Pichincha, la noche de ayer, lunes 9 de septiembre del 2019.
En junio del 2019, el galeno denunció a través de los medios de comunicación que existía una lista larga de personas a la espera de una cirugía en su área. “No se estaba operando por falta de insumos y dispositivos”, aseguró entonces.
Barriga reiteró que él hizo las denuncias sobre estas falencias en el hospital. “Los médicos no se sacan los pacientes ni los insumos. Se desvirtúa nuestra denuncia”, enfatizó el galeno.
El traumatólogo además sostuvo que aún hay camas vacías. “Hay 10 pacientes y están libres cerca de 30 camas. Esto salió a la luz hace dos meses y no se ha hecho nada”.
Tambien, dijo Barriga, que se siguen derivando a los pacientes. Actualmente son 1 000 personas en lista de espera. “De ellos 372 están agendados hasta marzo 2020. El resto no, pero puede cambiar porque no se está operando”.
Para él, las autoridades anteriores y actuales son quienes deben responder sobre ese tema y sobre los procesos de adquisición de insumos. “Los médicos no realizan las contrataciones”. Y argumentó que es un proceso largo para que lleguen los insumos. Estos requieren la aprobación de varias autoridades.
Barriga dijo que el hospital, ubicado en el norte de Quito, no solo tiene una deuda con una empresa sino con otras cuatro. “Optaban por esa firma porque les fiaba”.
Sobre la falta de cumplimiento de la jornada laboral de 10 de los 17 galenos del área, Barriga comentó que ellos cumplían con servicio a la comunidad, que implica que se movilicen a los diferentes hospitales. Todo lo hacen con cargo a vacaciones. También hay un tiempo para formación. Los especialistas van a la hora que tienen que ir. “No hay horas extras”, mencionó.
En la rueda de prensa, Barriga contó con el apoyo de representantes de gremios médicos y de otros colegas. Víctor Álvarez, presidente Colegio Médico de Pichincha, calificó de “tendenciosas” las acusaciones sobre el médico traumatólogo.
“Las acusaciones afectan al honor de los médicos. Estaremos vigilantes de que el proceso tenga buen fin. No se puede afectar a la población”.
Santiago Carrasco, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana (FME), resaltó que la lucha es por la dignidad y la solidaridad entre médicos. Anotó que en la década anterior hubo una persecución a los galenos. “No somos criminales sino médicos”, puntualizó.
Carrasco además apuntó que el área de traumatología ha dado un servicio óptimo. “Se debe respetar el honor de la clase médica”.
Sobre si presentarán acciones legales por un posible daño la honra de los galenos, Patricio Almeida, abogado del servicio de traumatología, indicó que sí y que se contará oportunamente de dichos procesos. Barriga recibió constantemente aplausos y palabras de apoyo de otros galenos, estudiantes y pacientes.
María Caizaluisa fue a brindar su respaldo al médico que la operó. “Estoy recuperándome y es gracias al doctor Juanito”, señaló la mujer que aún se moviliza con muletas.
La semana anterior, la subsecretaria General Anticorrupción, Dora Ordóñez, sostuvo que se encontraron irregularidades en dos convenios de pago por USD 740 000 y 800 000, para adquisición de insumos del área de traumatología. Aseguró que ocho funcionarios de salud y administrativos estarían involucrados. Estos no tendrían los documentos de respaldo de su uso en los pacientes ni el acta de entrega recepción. La investigación, anunció, está ya en manos de la Fiscalía y de la Contraloría.