Imagen referencial. En clases virtuales de Educación Física los chicos realizan aeróbicos y otros ejercicios. Foto: Pixabay
Una vez por semana, Martina -nombre protegido- recibe clases ‘on line’ de ben la institución educativa privada en donde estudia. La jornada comienza con el calentamiento y luego realizan ejercicios aeróbicos. Para ello, en el plantel -cuenta su madre- les pidieron palos de escoba, botellas de agua y si tienen balones para ejercitarse de mejor manera.
Sin embargo, la adolescente, de 14 años, no disfruta de estas actividades. “No es lo mismo practicarlas vía ‘on line’. Lo hace porque es calificado”, dice la madre.
Ella reconoce que en este año los profesores están más pendientes de las actividades físicas de los y las estudiantes. Por ejemplo, la docente de gimnasia está siempre conectada con los chicos y trabaja con cada uno de ellos.
Esto -dice- no ocurrió el año anterior. El ciclo pasado, su hija recibió fútbol, por medio de la plataforma digital. “Les enviaban las indicaciones o los entrenamientos que tenían que realizar y los chicos tenían que evidenciarlo con videos de lo que hacían. No era muy agradable”.
Una dinámica similar realiza Rafael, hijo de Andrea Sanabria, de 32 años. En sus clases practica aeróbicos y luego juega con la pelota. Lo hace mientras mira en la pantalla a la docente. “A Rafael no le gusta”, por lo que esta madre considera que la hora y media es suficiente para su hijo de 8 años.
La pequeña Sol, de 10 años, recibe una hora de educación física a la semana. Su abuela Elsa Torres considera que es muy poco tiempo para que la niña haga actividad física, por lo cual complementa con ballet, los fines de semana. “Todos sábados se conecta a las clases virtuales de danza. Es un espacio que le permite ejercitarse y divertirse”. En los próximos meses -relata- espera inscribirla en un deporte más activo, como el taekwondo.
El Ministerio de Educación recomienda que los niños de inicial hagan 30 minutos de actividad física, dos días a la semana. Para básica media y superior, 50 minutos, dos días. Y en bachillerato, los alumnos deben hacer educación física durante 40 minutos, una vez por semana.
En otros establecimientos educativos privados también se han ingeniado para cumplir con actividades prácticas, como la natación, por medio de la plataforma digital. Este Diario pidió información al respecto pero no hubo una respuesta.
Neptuno club de natación es uno de los centros que abrieron sus puertas recientemente. A mediados de septiembre, ellos retomaron sus actividades; lo hicieron siguiendo las medidas de bioseguridad y el distanciamiento; antes de ello permanecieron cerrados.
“Estamos trabajando con un máximo de seis niños por horario, desde las 08:00 hasta las 18:00”, explica una trabajadora de este espacio deportivo.
Cuando los chicos ingresan se cumple con la desinfección de los zapatos y la ropa. Luego, pasan al área húmeda en donde el agua es tratada con líquidos especiales para evitar infecciones. “Allí, los niños entran sin mascarilla, pero el instructor está con su tapabocas. Así evitamos los contagios de la nueva cepa de coronavirus”.
En estos siete meses de pandemia, los niños y adolescentes han subido de peso debido a la falta de actividad. No solo dejaron de tener sus clases de educación física sino de asistir a las extracurriculares, en promedio aumentaron de tres a cinco kilos, dicen los especialistas. A los siete meses del primer caso de covid-19, sin estado de excepción, es posible salir de casa. Los infectólogos recomiendan acudir a espacios abiertos, hacer caminatas.
En la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018 -últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC)- 35 de cada 100 niños de 5 a 11 años padecen de sobrepeso y obesidad (resultado del consumo excesivo de alimentos o de energía). Además, 30 de cada 100 adolescentes, de entre 12 y 19, sufren esta enfermedad.