Cecilio Alva, que sufrió un microinfarto cerebral el pasado octubre, regresa a los escenarios este viernes 18 de diciembre junto con cuatro exponentes de la rockola y un conjunto de músicos en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Tras un microinfarto cerebral que le provocó pérdida parcial del habla, los médicos pronosticaron que a Cecilio Alva le tomaría hasta dos años volver a cantar, pero un mes después del alta ya interpretaba para sus amigos sus boleros rockoleros.
‘El rockolero mayor’, como se conoce al peruano radicado desde los 14 años en Guayaquil, dice que el canto fue parte de la terapia para recuperar una lengua “estrangulada”. Un masajista y medicina natural del Perú hicieron el resto.
El cantante, que permaneció un mes internado tras el accidente cerebral del pasado 9 de octubre, regresa a los escenarios este viernes 18 de diciembre en Guayaquil. En el show cantará junto a exponentes de la rockola como Noé Morales, Roberto Zumba, Sebastián Jaramillo y Los San Lucas.
Aunque reconoce que se traba al pronunciar ciertas palabras y siente dolores de cabeza, en una interpretación a capela de Hola, como estás para un video de EL COMERCIO, Alva demostró que conserva la dicción, el color y la proyección de su voz.
Tras muchos años, Cecilio Alva tendrá que cantar totalmente sobrio en el escenario. “Tengo que dejar el licor, no he sido un borracho empedernido, pero cuando cantaba me tomaba mis traguitos”, cuenta el artista que el próximo 1 de febrero cumplirá 63 años.
Él le atribuye el microinfarto al estrés de este año, lleno de presentaciones en ciudades de Estados Unidos, España e Italia, allí donde hubiera una colonia ecuatoriana, con la ansiedad de los vuelos, los itinerarios y la vida de hotel.
Con 46 años de carrera y cientos de canciones grabadas, el intérprete de La otra y Disimula dice que fue uno de los artistas que impuso la rockola en el Ecuador, y que luego le siguieron artistas como Segundo Rosero, Noé Morales, Roberto Zumba y Aladino.
“Yo cantaba valses, bolero. La otra me la enseñó el señor Luis Armando García como una balada, y yo la convertí en bolero rockolero. (…) Llegué a Ecuador en 1968 y quise cantar con un estilo diferente, impuse la rockola que es un bolero más rápido”, asegura.
El también compositor describe al género como un bolero acelerado, con un aire tropical en la orquestación y en conexión con el sentimiento popular, cuyas letras melancólicas hablan de “cosas que pasan en la vida real”.
El cantante de Vagabundo soy y Amor manchado, quien vivió su época de oro a mediados de los años 70, actuará este 18 de diciembre, a las 20:00, en La Posada de los Amigos, ubicada en las calles Tulcán y Clemente Ballén, en el centro de Guayaquil.