Hoy, hace 45 años, la humanidad tenía sus ojos puestos en una nave espacial en camino a la Luna. El Apolo 11 era la representación real del sueño de muchos. Dentro de esta, los astronautas Neil A. Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr., y Michael Collins se dirigían hacia aquel territorio inhóspito, que desde hace mucho ya había cautivado a hombres de toda clase a crear las historias más fantásticas jamás pensadas.
Y es que si bien hacia el 21 de julio de 1969 se imprimieron las primeras huellas humanas sobre la superficie lunar, mucho antes de la llegada de los tres astronautas ya los hombres habían conquistado aquel territorio. La literatura, el espacio donde todo es posible, fue aquella que posibilitó el encuentro con el mundo selenita.
Fernanda Carrión, especialista en filosofía y mitología griega, explica que una de las primeras formas en la cual se hizo aprehensible la Luna en el mundo occidental fue a través de la religión.
Ya en el mundo griego, la diosa Selene, que forma parte de la teogonía escrita por Hesíodo, aparece como una de las encargadas de otorgar visiones psíquicas a los hombres.
Con el paso de los siglos, su poder como diosa iba desapareciendo; no así su relevancia en el mundo de los mortales. Luciano de Samosata (125-181 d.C.) fue, de hecho, uno de los primeros en inspirarse en la Luna para escribir un viaje hacia este satélite en un barco convertido en nave voladora debido al impacto con un tifón. Esta narración, recogida en el ‘Libro I’ de Samosata, constituye para Carrión el acercamiento primigenio de la literatura con la ciencia ficción.
Pero para el profesor Alejandro Rivera, especializado en literatura alemana, la relación más clara entre la Luna y la narrativa se encuentra en el ‘Somnium’ de Johannes Kepler.
Este libro, publicado a inicios del siglo XVII, habla del viaje de Doracotus, un joven islandés, y su madre, Fiolxhide, al territorio lunar. Según Rivera, Isaac Asimov clasificó a esta travesía como la inaugural de la ciencia ficción en su deseo de conquistar universos desconocidos.
De ese momento en adelante, la Luna se convertiría en la excusa para imaginar las cosas más descabelladas. El Cyrano de Bergerac, por ejemplo, cuenta en ‘Viaje a la Luna’ cómo el humano es confundido por un animal cualquiera debido a que camina sobre dos patas (los selenitas eran seres orgullosos de su capacidad de desplazarse sobre sus cuatro extremidades).
John Wilkins, en cambio, en ‘El descubrimiento de un mundo en la Luna’ plantea la construcción de una nave con la capacidad de salir al espacio exterior.
Sin lugar a dudas, los relatos más destacados en torno al satélite son ‘Alrededor de la Luna’ y ‘De la Tierra a la Luna’, dos obras de la literatura universal pertenecientes a Julio Verne y publicadas en la década de 1870, casi un siglo antes del verdadero viaje a esta superficie.
El siglo XX, con sus avances tecnológicos, hizo que la narración fuera realidad. ‘Los primeros hombres en la Luna’ , de H.G. Wells, sería la primera novela con la que se inició la modernidad en los viajes lunares.
LAS OBRAS
‘Las Cosmicómicas’ – Ítalo Calvino
Uno de los cuentos representativos de ‘Las Cosmicómicas’ es La distancia de la luna, donde el protagonista del relato, Qfwfq, recuerda lo dicho por George H. Darwin sobre la cercanía del satélite natural a la Tierra.
‘El Palacio de la Luna’ – Paul Auster
Narra los derroteros de Marco Stanley Fogg en compañía de la Luna. En el auge de las exploraciones lunares, su tío muere, dejándolo solo, desprotegido y bajo el cuidado de la luz lunar.
‘The man in the Moone’ – Francis Godwin
Traducida como ‘El hombre en la Luna’, el libro narra la migración de una aves hacia la Luna. Esto llama la atención de un investigador, quien quiere descubrir el porqué.
‘Bodas de sangre’ – Federico García Lorca
La luna, uno de los personajes de la narrativa de esta pieza teatral, es, tal como lo describe Lorca en el libro, un leñador joven de cara blanca, quien hace de ayudante de la muerte.
‘Orlando furioso’ – Ludovico Ariosto
Es un poema épico que en uno de sus pasajes cuenta cómo un hombre llega hasta la superficie lunar gracias a la ayuda de un hipogrifo. Allí él librará una batalla con un final inesperado.
‘Siete lunas y siete serpientes’ – Demetrio Aguilera Malta
En esta novela no se distancia de las temáticas sociales que rodearon y dieron el tono de sus primeras obras. La luna está presente como acompañante del ser humano.
‘Micromegas’ – Voltaire
Cuenta el encuentro entre unos extraterrestres. Centra su atención en las distintas percepciones que se pueden elaborar sobre los cuerpos celestes, entre ellos las lunas de los planetas del universo.
‘La tragedia de la Luna’ – Isaac Asimov
Es una reflexión acerca de las distintas sociedades que habitan el sistema solar. En ello, el autor presenta la objeciones que se pueden dar en torno a la presencia de un satélite natural.