Andrés tiene sordera profunda y logra comunicarse con sus amigos a través de aplicaciones como videollamadas. Foto: EL COMERCIO.
La Internet y las redes sociales han creado mecanismos para que quienes tienen alguna discapacidad no encuentren limitaciones en su comunicación. Páginas web exclusivamente diseñadas para que personas con discapacidad auditiva puedan contactarse o las facilidades que ofrecen las videollamadas son alternativas importantes que han contribuido a la inclusión.
Con una tableta en la mano, Andy camina por toda la casa mientras consulta cualquier duda que tiene en la web. Su madre, Geovanna, cuenta que lo primero que hace el joven cuando llega del trabajo es acudir a la computadora para hablar por Skype con sus amigos y familiares o a través de las redes sociales.
A los ocho años obtuvo su primera computadora y ahora, a sus 31 años, es su mejor aliada. Gracias a la tecnología, comenta Geovana, él ha podido autoeducarse, ya que los temas que ella no le puede explicar los consulta en la Internet. Además, no es necesario que esté pendiente de la traducción.
A causa de un medicamento mal administrado, cuando tenía un año y medio de edad, Andy perdió el 98% de la audición. Desde ese momento, sus padres empezaron a buscar mecanismos para que pueda educarse, aprenda el lenguaje de señas y la lectura de labios.
Las redes sociales, como Facebook, han permitido que el joven pueda comunicarse con sus amigos a través de mensajes cortos que son claramente entendidos por ellos.
Algo similar cuenta Leticia, de 19 años. Desde hace unos cinco años se ha convertido en una usuaria frecuente de sitos ‘online’ como la Comunidad de la Persona Sorda y otros portales que le han permitido tener contacto con personas “de todas partes del mundo”.
Plataformas digitales como Sordos.com o Deafhello.com fueron creadas para reunir a personas con algún grado de discapacidad auditiva. Aquí ellos pueden hacer amigos y hasta buscar a su media naranja.
Todos estos sitios cuentan con blogs donde sus usuarios discuten sobre sus necesidades o dan consejos a los otros para tener una cita exitosa, además difunden nuevos avances tecnológicos o novedades acerca de temas que les interesa.
Para Geovanna, páginas como YouTube también fueron de gran ayuda en el proceso de crecimiento de su hijo. A través de ella, podía aprender el significado de las señas y comunicarse con él de mejor forma.
La afición del joven por todo lo que tiene que ver con sistemas operativos, como él lo explica, ha hecho que dedique su tiempo libre a explorar nuevos programas. Además, las videollamadas han sido útiles para comunicarse con sus amigos.
En este aspecto coincide Vinicio Baquero, presidente de la Federación Nacional de Personas Sordas del Ecuador (Fenasec), ya que ahora puede grabar los mensajes que quiere difundir y después los sube a la Internet para que tenga un alcance masivo sin necesidad de movilizar a las personas.
Los oyentes utilizan la tecnología para comunicarse a través del oído, afirma Baquero, en cambio quienes tienen discapacidad auditiva utilizan la imagen como un servicio de accesibilidad e interacción.
Incluso, en algunos países existen centros con intérpretes de lengua de señas que permiten solicitar las citas médicas o pedir servicios a través de ellos.
Es por esto que se está tratando de implementar “centros de relevo”, los cuales funcionen como un ‘call center’. Es decir, para que un grupo de intérpretes se encargue de gestionar los distintos servicios que requieran las personas con discapacidad. Según Baquero, actualmente la tecnología ha tenido avances significativos, pero en otros países desarrollados hay un campo más amplio.
Uno de los logros en el país, explica Jorge Torres, coordinador en sistemas de la Secretaria Técnica de Discapacidades (Setedi), es la página web que tiene la institución pública: es inclusiva, porque se ha enfocado en informar a las personas con alguna discapacidad, ya sea visual o auditiva.
Sobre cada menú del portal se despliega un video donde se traduce su significado mediante señas o en un altavoz. La herramienta ha permitido que todos puedan conocer cómo se escribe la palabra y que la asocien con el lenguaje corporal, explica Alfonso Aguirre, quien tiene discapacidad auditiva y participó como traductor en este proyecto.
Para él, fue una experiencia ‘muy bonita’ poder ser parte de la iniciativa, ya que es una forma de contribuir a quienes sufren de esta discapacidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 360 millones de personas que padecen pérdida de audición discapacitante y en el Ecuador existen 50 277, según datos de la Setedi.
Torres sostiene que según las estadísticas solamente un 10% de las empresas en el país cumple con estándares de accesibilidad, pero actualmente se está difundiendo este sistema para que todas las instituciones públicas ofrezcan este servicio.