José Pacheco dirige y actúa en la obra navideña ‘Los fantasmas de Scrooge’. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
Cuando se apagan las luces, el ambiente en el teatro del Centro Cultural Casa Toledo se vuelve sobrecogedor. De pronto, la puerta se abre y tres niños ingresan a la sala guiados por la luz de sus linternas. Poco después se encuentran de frente con un ánima en pena que confirma la presencia de una fuerza sobrenatural.
Se trata de ‘Los fantasmas de Scrooge’, una obra de teatro familiar, tan tenebrosa como graciosa, que estrena su primera temporada, con funciones los fines de semana hasta el próximo 23 de diciembre.
José Pacheco es el director de este proyecto escénico en el que ha involucrado a toda su familia y en el que también cuenta con la colaboración del actor Armando Rivas.
La obra es una adaptación de ‘Un cuento de Navidad’, de Charles Dickens (1843), como anticipando los efectos del consumismo moderno.
El proceso de creación partió del argumento original, alrededor del cual se fueron adaptando diálogos, escenarios y personajes para darle un tinte más local.
De ahí que el personaje de Ebenezer Scrooge adopta la forma de un ‘chullita inglés’, igual de refinado como en el texto de Dikens, pero al que Pacheco le añade su propia dosis de chispa quiteña.
La obra cuenta la historia de Scrooge, un viejo malhumorado que odia la Navidad, interesado únicamente en incrementar su riqueza y sus posesiones materiales, hasta que un día se le aparecen tres fantasmas que lo llevarán en un viaje revelador a través de su pasado, presente y futuro.
Tras el telón, Pacheco se divide funciones como papá y director para trabajar junto con sus hijos Martina (9), Emilio (14) y Mateo (16), actores en formación, pero con varias experiencias previas en cine, televisión, publicidad y teatro.
Catalina Gomezjurado, madre de los jóvenes actores, completa el elenco. Ella asegura que la actuación se ha convertido en un lenguaje natural para sus hijos, quienes debutan en el teatro profesional con esta obra, inaugurando una nueva dinastía actoral.
En escena, la interacción entre los personajes fluye de forma natural, entre textos que van tejiendo un mensaje para reflexionar sobre el valor que se le puede dar a lo material sobre lo afectivo y espiritual, pero entre los que también se filtran cápsulas de humor sobre la actualidad política.
“Los niños son el público más receptivo y crítico”, dice Rivas sobre una obra que aborda de una forma clara y directa ideas como la avaricia, la soledad, la rectificación y la posibilidad de un cambio.
Entre la realidad y la fantasía, ‘Los fantasmas de Scrooge’ ofrece un momento de entretenimiento familiar y un espacio de reflexión navideña.