El cineasta Carlos Saura, recordado por producciones como ‘Los Golfos’ (1960) o ‘Bodas de Sangre’ (1981), falleció a causa de una insuficiencia respiratoria en Madrid, a los 91 años.
Según el diario El País, de España, Saura fue “el último director clásico del cine español”. Su trayectoria fue de siete décadas, siempre buscó la libertad de expresión a través de “dramas secos”, que exploraban el ser humano y a la vez retrataban la sociedad en la que estaba inmerso.
Debido a su estilo Carlos Saura tuvo que enfrentarse más de una vez a la censura del franquismo. Aun así, se convirtió en un ícono del cine europeo a través de películas como ‘Peppermint frappé’, ‘Elsa, vida mía’ y ‘Flamenco’.
A lo largo de su trayectoria, Saura hizo incluso películas musicales, como ‘El rey de todo el mundo‘ (2001), en el que abordó flamenco y música latinoamericana.
El cineasta iba a recibir un Goya de honor este sábado 11 de febrero de 2023. Pero su muerte, un día antes de la ceremonia de entrega de estos prestigiosos galardones, llevará a que el premio le sea otorgado a manera póstuma.
Su más reciente largometraje fue el documental ‘Las paredes hablan’, que se estrenó apenas este 3 de febrero.
Saura nació en Huesca (noreste español) en 1932. Entrevistado recientemente por la agencia EFE, dijo que él no había hecho cine para agradar a nadie o para recibir un reconocimiento, sino porque le gustaba. Aunque siempre es un halago, matizaba, “que el trabajo de uno lo vea el público, haga pensar y se aprecie”.
Fue golpeado en su infancia por la Guerra Civil (1936-1939) y más tarde por las secuelas del franquismo, aunque se las apañó en aquella época para incorporar a sus películas símbolos y alegorías envueltas en un lenguaje visual a veces críptico. Le hubiera gustado nacer en el Renacimiento y poder relacionarse con genios como Da Vinci o Caravaggio, como él mismo reconoció alguna vez.
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