Este sapo tiene glándulas detrás de los ojos que excretan una sustancia blanquecina que es para defenderse. Foto: Cortesía
El sapo andino del Carchi (Rhaebo colomai) reapareció en el país después de 35 años. La última vez que se vio a un ejemplar de esta especie en Ecuador fue en 1984 y, desde ese momento, se empezó a pensar que podía estar extinto.
Una expedición realizada hace tres años revivió la esperanza de recuperar a esta especie. Santiago Ron, curador de anfibios del Museo de Zoología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, explica que, en septiembre del 2016, encontraron a un grupo de sapos en el sector de Chical, en Carchi. A primera vista no pudieron identificar a qué especie pertenecían, hasta que Ron los vio y se dio cuenta que pertenecían a la especie que se creía desaparecida.
Con estos hallazgos, se dirigieron nuevamente al lugar en diciembre de ese año. El objetivo era encontrar más especímenes del sapo andino del Carchi. Jhael Ortega, estudiante de Biología de la PUCE y miembro de la expedición, cuenta que debieron atravesar varios obstáculos hasta encontrar nuevamente a estos sapos entre los arbustos.
El resultado fue gratificante, dicen los investigadores, ya que hallaron una población grande de casi 40 sapos, entre adultos y juveniles. Estos fueron registrados en una zona cercana al río Pailón. Después de este hallazgo continuaron apareciendo poblaciones de estos sapos.
Carolina Reyes-Puig, profesora e investigadora de la Universidad San Francisco de Quito, cuenta que les ocurrió algo similar un año después del hallazgo de Ron y sus colegas.
En una expedición realizada en el 2017, en busca de otros anfibios, se toparon con un ejemplar de este sapo en un riachuelo. En ese momento todos supieron que era algo diferente y que no habían observado antes en la zona.
Días después volvieron a encontrar otros ejemplares dentro de la Reserva Orquideológica Drácula, de la fundación Ecominga. Esto les motivó a juntar los hallazgos de todas estas expediciones en un artículo que fue publicado el mes pasado en una revista internacional especializada.
En total son tres las nuevas localidades registradas para esta especie en Ecuador. El animal también fue descubierto en el año 2015 en Colombia. Ron explica que su desaparición del territorio ecuatoriano puede estar asociada a la llegada de una enfermedad que afectó a estos anfibios en los años 80 y 90. Este hallazgo podría dar una esperanza de que los sapos se estén recuperando.
Aunque este sapo fue recientemente redescubierto, sus poblaciones están consideradas como “en peligro” debido a las amenazas a las que enfrentan en su hábitat. La deforestación y la degradación en la zona es un problema que puede llevar a estas especies nuevamente a su desaparición.
La idea, dice la investigadora de la USFQ, es trabajar con la fundación Ecominga para hacer monitoreos a mediano y largo plazo, de los ejemplares que se encuentran en el interior de la reserva. Reyes-Puig cuenta que la especie ha seguido aumentando sus registros.