Érase una vez un ogro con problemas gástricos que desde su apartada vivienda en el pantano del reino Muy, Muy Lejano cambió para siempre la historia de los cuentos de hadas.Se llamaba Shrek y el significado de su nombre, un término alemán y yiddish, era justo la sensación que motivaba a quien con él se encontraba: terror.
Pero que su apariencia no engañe, pues tras el verde de su piel, sus dientes amarillentos y sus toscas manos, se hallaba un excelente amigo, un héroe valiente y un noble caballero.
En 2001, con la producción de Dreamworks, el mundo lo conoció a través de la pantalla grande; eso aunque el personaje ya existía desde 1990, cuando el estadounidense William Steig lo escribió e ilustró en el libro ‘Shrek!’. Sin embargo, el universo cinematográfico creado para él amplió el relato y las posibilidades del personaje, introdujo seres de otros cuentos de hadas y referencias de la cultura pop.La escritora de cuentos infantiles Leonor Bravo encuentra interesante que con la misma estructura e idéntico esquema de los cuentos de hadas tradicionales se narren nuevos contenidos. Ella cita el ejemplo de Fiona, la princesa que opta por ser ogro y amar y vivir junto a Shrek, pues da una innovadora y bella imagen de la mujer. “No se trata de una copia , sino de una nueva visión, que pone en escena contenidos que están de acuerdo con los actuales requerimientos de los niños y de la sociedad”.
En ‘Shrek’, premiada con el Oscar a la Mejor película animada en 2001, y en sus secuelas los personajes de los cuentos tradicionales son reactualizados y complementados con valores del siglo XXI. Ellos toman café en Farbucks (Starbucks), comen en Burger Prince (Burger King) y visten en Armani Armoury. Las fiestas en palacio tienen cobertura mediática y en ellas se baila al ritmo de Smash Mouth, Counting Crows, Ramones, Ricky Martin, David Bowie y otros músicos pop y rock incluidos en la banda sonora.En el reino Muy, Muy Lejano, a manera de un mundo al revés donde el monstruo es el héroe, los personajes de los hermanos Grimm, de Andersen, de Perrault, de Collodi tienen refrescantes perfiles sicológicos. La Bella Durmiente sufre de narcolepsia, Cenicienta es una maniaco-compulsiva de la limpieza y Blancanieves, siempre acompañada de sus amigos del bosque, es una chica melindrosa.
En esa misma línea están Pinocho, los tres cerditos, el muñeco de gengibre o el lobo feroz. Asimismo Merlín, Rapunzel y un príncipe azul se cruzan en el relato. “El filme marcó un hito al incorporar los cuentos tradicionales, además tuvo excelentes recursos técnicos con animadores de primer nivel”, dice Marco Chamorro, ilustrador de cuentos infantiles, quien también halla una línea comercial en la concepción del filme.Además, él acota que Shrek puede ser feo físicamente, pero tiene un carisma especial que a todos despierta el cariño. “Todo su ser radica en su ingenuidad y la gran parte del público se identifica con el personaje débil y alienado que sale adelante”.
Eso parece ser verdad, si no que lo digan sus amigos. Igual reconocimiento que el protagonista tienen sus compañeros de aventuras, entre ellos se cuentan a la ya mentada Princesa Fiona, con quien Shrek tuvo trillizos, el burro parlanchín que más de una risa sacó al espectador tanto con la voz de Eddy Murphy, como con la de Eugenio Dervez (en su versión en español), y el gato con botas, un héroe a la usanza de la literatura romántica.En EE.UU. este fin de semana se estrena la cuarta entrega del ogro, ‘Shrek Forever After’, mientras que su lanzamiento en el país se anuncia para julio. Después de esta secuela, en la que el ogro se verá transportado a una dimensión paralela, finalmente el narrador repetirá el viejo y conocido “colorín, colorado, este cuento se ha acabado”.