En una entrevista en el Paley Center For Media preguntan al elenco de ‘Modern Family’ si disfrutan viendo otras series de televisión. La respuesta de Sofía Vergara, protagonista de la serie, contesta que está enganchada con ‘Revenge’, porque el programa es parecido a una telenovela. Lo cual invita a pensar que los formatos de los seriados actuales y de la telenovela están empatados.
‘Revenge’ presenta a Emily Thorne, una bella joven que se muda a los Hamptons -hogar de la élite neoyorquina- para buscar venganza por la prisión y eventual muerte de su padre. Los motivos que lleva ‘Revenge’ se repiten en varias novelas latinoamericanas, como en la actual ‘Santa Diabla’ -protagonizada por Gaby Espino– la cual trata sobre los planes de venganza de Santa Martínez por el asesinato de su esposo.
Tanto Thorne, de la serie estadounidense, como Martínez reinventan sus vidas creando nuevas identidades por un objetivo similar, teniendo como fondo un conflicto amoroso.
Este último elemento -el amor-, según el guionista Luis Miguel Campos es, en cambio, la diferencia principal entre una serie y una novela. La fórmula básica que utilizan las telenovelas parte de una historia de amor imposible que se vuelve posible, mientras que Campos ve a las series como más libres en su temática.
Las series estadounidenses llevan una historia principal a lo largo de sus temporadas y en cada capítulo se desarrollan tramas secundarias que aportan a un clímax de final de temporada. Se transmiten una vez a la semana, con lapsos de meses o hasta un año entre temporadas. Mientras que las novelas son concebidas desde un inicio, de principio a fin, por lo que salen al aire con un capítulo diario y tienden a durar entre seis meses y un año.
Sin embargo, suelen tener puntos comunes en esencia narrativa como la serie ‘Nashville’, que viene a ser un ejemplo de ‘pueblo chico, infierno grande’, contando los entretelones de los cantantes de country. La ambición y el poder que requieren sacar adelante una carrera musical se contraponen con los enredos amorosos entre los protagonistas y el hecho de pertenecer a una comunidad pequeña y cerrada complica la situación.
El tiempo de permanencia es otro factor. Hay series que sobreviven hasta 10 años; ver día a día a un personaje crea vínculos en los espectadores. Desde un aspecto de producción los personajes nuevos en las series suelen ser puestos a prueba y las reacciones del público definirán su permanencia.
Ese fue el caso de Sara Ramírez, la doctora Callie Torres de ‘Grey’s Anatomy’, quien entró para ciertos capítulos y terminó en el elenco principal. A este programa se lo confunde muchas veces con una telenovela -manteniendo el elemento romance-, pero a esta narrativa se la categoriza como drama médico, pues gira en torno a la medicina. El programa se tradujo a una versión colombiana titulada ‘A corazón abierto’.
Las adaptaciones televisivas son la forma de transmitir a diferentes públicos una misma historia y el caso más emblemático de una adaptación de novela a serie fue ‘Betty, la fea’, la producción colombiana que se llevó a la TV estadounidense. La narrativa marcó una gran diferencia entre la original y la ‘re-versión’, puesto que la historia no giraba en torno a una pareja sino a los altos y bajos de Betty en el mundo de la moda y los capítulos unitarios funcionaban como una sit-com más que como drama novelesco.
De acuerdo con Campos, para que una adaptación funcione -de serie a novela o viceversa- requiere de tres aspectos: la originalidad, perdurabilidad -la historia tiene que ser fuerte para durar más de 100 o 200 capítulos- e investigaciones sobre la temática. Sin los cuales la historia no se sostiene.
Para Marcelo Aguilar, director comercial de Ecuavisa, lo principal radica en el público al que están dirigidas las historias: en la novela prima el ‘target’ de amas de casa. En ese sentido, series como ‘Amas de casa desesperadas’ o ‘Devious Maids’ salieron en formato de serie apelando al mismo público de la telenovela, con conflictos del hogar, secretos guardados y más amores imposibles.
En contexto. Un ejemplo clásico entre los seriados y las formas de la telenovela es ‘Dallas’. La serie que en 1987 trataba sobre la familia Ewing y sus disputas de poder en el campo petrolero, volvió en el 2012 para continuar la historia y los dramas de la nueva generación Ewing.