Tras sufrir un secuestro en México, Pablo Olivares decidió que él y su música serían para Dios. Hoy dará un concierto en Quito, para contarle a la gente lo que Jesús significa en su vida.
¿Cómo ha cambiado su música desde niño hasta hoy?
Evolucionó. No puedo decir que los discos de Halógena son los mismos de Pablo Olivares con otro sentir o con otra onda. Constantemente me encuentro con retos. Es un crecimiento como mi relación con Dios. Todo el tiempo estoy buscando, encontrando algo. De alguna manera se van respondiendo muchas preguntas, pero a la vez Dios me sorprende y me cambia el escenario.En Ecuador, más de 45 000 personas vieron ‘Poema de Salvación’, un filme inspirado en su vida. ¿Qué sintió usted cuando la vio terminada?
Fueron muchas emociones juntas. Era una situación complicada porque estaba con mi esposa, con mis amigos, con mis productores…. de alguna manera era respirar hondo y mirarla. Era una mezcla entre algo bizarro y emocionante. No te imaginas que una película de tu vida será tan parecida a lo que pasó. La película tiene lo más lindo y lo más difícil de contar. Cuando la vi, mi papá estaba muy enfermo, yo no estaba con mis hijos y la película esa noche tomó otra dimensión para mí.
En muchas funciones la gente aplaude, llora, ríe, ¿qué siente usted?
Yo vi la película de incógnito. Me sorprendió cómo la gente lloraba, se reía, aplaudía. Para mí era todo el tiempo un gran drama, un laberinto en el cual yo tenía que enfrentar el estar manejado por algo que había decidido yo: esa oscuridad que me seducía, a veces me cansaba, otras me pedía más. Cuando la gente se reía o lloraba, yo decía para mí: no se imaginan lo que es vivir algo así.
Luego de retomar su relación con Dios, usted siguió haciendo rock, pero su nuevo disco tiene melodías más suaves, ¿por qué?
Mucha gente por ahí no entiende cómo lo vive un artista. Soy roquero de alma, nací roquero y voy a morir roquero. Pero tengo otras cosas para ofrecer. Espero seguir sorprendiéndome y sorprendiendo a la gente. Quiero que a quien mire la película y escuche mi música le sirva para tomar una decisión por Jesucristo, no para ponérsela en la cara a alguien y decirle vos no podés hacer esto. Mi nuevo disco es más personal y tranquilo porque se lo dedico a mis padres. Mi papá falleció hace tres meses y no pudo llegar a disfrutar del disco. Ellos soñaban que yo hiciera canciones no tan estruendosas para que pudieran escuchar en casa. Yo me decía, jamás me van a ver así, pero yo solo terminé haciendo ese disco porque fue mi necesidad.