Juan Andrés Saa armó un centro de acondicionamiento de CrossFit en su casa. Allí se ejercita todos los días. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO
Juan Andrés Saa es un nombre que suena con fuerza en el mundo del deporte y de la cocina. Él comparte decenas de recetas a través de Instagram, lo que le ha generado miles de seguidores en la red social (actualmente tiene más de 20 000 fans). Y ahora, en una entrevista con EL COMERCIO, revela algunos de sus ‘tips’ para mantenerse en forma.
Aunque Juan Andrés Saa estuvo vinculado al deporte desde los ocho años –ahora tiene 28 años-, su pasión por el crossfit lo llevó a perfeccionar su estilo de vida saludable.
Para lucir bien por fuera y por dentro, precisamente, estudió cocina en Nueva York. Parte de esos conocimientos los divulga entre sus seguidores de esa red social, en revistas especializadas y en los talleres de Nutrición, Fitness y Salud que abrió en junio de 2016. El último, precisamente, está previsto para el sábado 16 de julio.
Durante su niñez y adolescencia practicó tenis, deporte con el que alcanzó una beca para estudiar Administración de Empresas en los Estados Unidos. El potencial exhibido en esa disciplina deportiva lo ubicó entre los primeros lugares cuando transitaba por los 14-18 años.
La pasión de Juan Andrés Saa por el crossfit lo llevó a perfeccionar su estilo de vida saludable. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO
Juan Andrés, con ‘licencia’ para enseñar crossfit, se alimenta entre cuatro y seis veces al día y trata de sumar ocho horas de sueño. Asegura que el descanso es indispensable para recuperar energías y seguir con el entrenamiento al día siguiente. Sus comidas, cuenta, están libres de grasas saturadas. Para evitarlas, precisamente, prepara sus propios alimentos.
Para realizar sus rutinas de ejercicios al pie de la letra, instaló un centro de acondicionamiento en la terraza de su casa, ubicada en el norte de Quito. Allí hay cuerdas, pesas, una barra, argollas y una pizarra en la que apunta los movimientos y series a cumplir en cada clase. El gimnasio en casa funciona desde hace un año.
“Parecía una locura. Necesitaba dinero, pero no me dejé frenar por ese miedo. Después de varios esfuerzos quedó lindo. Me ahorro tiempo y no gasto en las mensualidades”. Los ejercicios cardiovasculares los cumple por las calles de su barrio: trota. Del crossfit, cuenta, se “enamoró” cuando tenía 24 años y ahora ostenta una certificación que le permite dictar clases.
El entrenamiento constante y dedicado lo ha llevado a lucir un cuerpo envidiable. Aunque lleva una camiseta, se puede apreciar sus pectorales y una espalda definida.
De aquello, precisamente, hacen eco sus seguidoras, a las que les responde que su entrenamiento va de la mano con la dieta saludable que cumple día a día.
Pero como todo ser humano tiene debilidades, y es por eso que cada cierto tiempo se da uno que otro caprichito: un buen croissant o unas deliciosas galletas con chispas de chocolates.
También cae rendido ante la fritada. Evita las bebidas alcohólicas, pero cuando asiste a un evento especial prefiere el vino, la cerveza helada o ron.