Una exposición recorre la vida de la reina Isabel II a través de sus trajes. Foto: AFP.
El palacio de Buckingham recorre 90 años de moda en la vida de la reina Isabel II para mostrar al público los atuendos más característicos que la monarca ha lucido en bodas reales, visitas de Estado y actos militares, en una muestra que mañana abre sus puertas.
La exposición ‘Fashioning a Reign: 90 Years of Style from The Queens Wardrobe’ (Vistiendo un reinado: 90 años de estilo en el guardarropa de la soberana) permite a los curiosos ver de cerca, entre otros atuendos icónicos, los vestidos de su boda y su coronación como reina.
Abierta hasta el 2 de octubre de 2016, la exposición se complementa con otras dos similares en el castillo de Windsor (Inglaterra) y el palacio de Holyroodhouse (Escocia), donde se presentan en total hasta 150 vestidos, la mayoría de ellos creados por firmas británicas como Norman Hartnell e Ian Thomas, por las que la monarca inglesa con más años en el trono siente predilección.
El 20 de noviembre de 1947, la abuela del príncipe Guillermo se casó en la Abadía de Westminster con el duque de Edimburgo, ocasión para la que lució un vestido de seda color marfil decorado con cristales y 10 000 perlas, diseñado por Hartnell.
La comisaria de la exposición, Caroline de Guitaut, comentó que “el traje está inspirado en La Primavera de Botticelli“, tal y como se puede ver por “los motivos florales, la elegancia y la ligereza de la pieza”.
Cerca de este característico atuendo se encuentra el vestido de satén con el que Isabel II fue coronada reina en 1953 y que también llevó el sello de Hartnell.
“Fue la reina la que sugirió que su atuendo tuviera bordado el emblema del Reino Unido y los de sus dominios, tanto el trébol irlandés o la rosa inglesa, como el loto indio y la hoja de arce de Canadá, emblemas de países de la Commonwealth”, apuntó De Guitaut.
La muestra repasa hasta diez décadas del armario de Isabel II, que van desde una réplica del manto de encaje y de seda que llevó en su bautizo en 1926 -y que recientemente utilizaron los hijos de los duques de Cambridge (Jorge y Carlota)-, hasta el conjunto verde que se puso a mediados de 2016 para celebrar su nonagésimo aniversario.
Entre otros vestidos destacan el amarillo limón con pliegues rectos con el que sorprendió en la boda del príncipe Guillermo y Catalina el 19 de abril de 2011 y el vestido de cóctel color melocotón de Angela Kelly que paseó junto al actor Daniel Craig en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.
Para esta especial ocasión se hicieron dos atuendos idénticos, ya que una doble de la monarca iba a saltar en paracaídas y, según reveló la comisaria, “nadie de los que confeccionaba las prendas sabía para qué se necesitaban dos vestidos iguales”.
Si algo identifica el estilo personal de Isabel II es su pasión por los sombreros, que la muestra ejemplifica con una selección de 62 diseños exclusivos.
“Son un complemento esencial en el vestuario de la reina, porque siempre los lleva en cualquier acto que se celebre por el día. Suele coordinarlos con su indumentaria, es decir, viste de un solo color y lleva sombrero, vestido y bolso a juego”, recordó De Guitaut.
“Este detalle es importante porque el conjunto hace que la monarca sea fácil de identificar y distinguir entre la multitud”, añadió.
Ese mismo fue su objetivo el 21 de abril de 1986, cuando para su 60 aniversario optó por un vestido amarillo pastel corto y liso, o el 23 de julio de 1986, día en el que se enfundó una confección asimétrica lila con falda plisada para la boda del duque de York, piezas que se pueden encontrar en la exposición.
La reina siempre ha mostrado su compromiso con la moda del Reino Unido, puesto que para los eventos más importantes siempre ha confiado en diseñadores británicos, como el ya citado Norman Hartnell -que trabajó para Isabel II hasta que falleció en 1979-, Angela Kelly, Ian Thomas, Hardy Amies y Stewart Parvin.