¿Todos tenemos algo de ‘voyeur’ o de fisgones?
Sí, creo que todos tenemos algo de ‘voyeur’. En estos días de redes sociales, aunque todo está expuesto, siempre tenemos el interés por indagar algo más cuando nos relacionamos con otra persona. En el caso de los periodistas, este ejercicio implica tratar de meterse en lugares donde muchos no quieren que estemos.
¿Para ser un buen ‘voyeur’ en el periodismo solo se necesita ser curioso?
Se necesita método porque curiosos sobran. Todos aprendemos a escribir desde la escuela, pero no necesariamente todos escriben bien o profesionalmente.
El método es sustancial y para tenerlo se necesita paciencia. En muchos casos, hay que dedicar tiempo a conversar y a tener un diálogo sustantivo. En ese ejercicio de paciencia metódica, a veces no es necesario hablar sino escuchar y observar.
¿En un mundo dominado por las pantallas es más o menos complicado ser un ‘voyeur’?
Vivimos en una falsa sensación de horizontalidad y transparencia que es producida por este intercambio frecuente y fluido de las redes sociales. Si vemos con atención vamos a encontrar que se exhibe muchísimo, pero lo que se muestra suele ser parte de la superficialidad de las cosas. Si todo está expuesto y conversado, el periodista no puede quedarse en esa capa, sino que tiene que bajar dos o tres más para encontrar algo interesante. Hay que mirar por detrás de la pantalla y por detrás de las palabras.
¿Y a quién tiene que dirigir su mirada?
Uno tiene que estar mirando lo que hay detrás. Para mí, un punto crítico es la evocación; pensar qué me dice un personaje en relación a los valores universales, o de qué modo conecta conmigo como autor, lector o individuo.
Yo intento, en ese ejercicio, que el personaje opere como sujeto y como objeto y que me sea útil para poder decir otras cosas. Cada uno de los perfiles de ‘Voyeur’ tiene esa idea.
Pero no es lo mismo fisgonear en la vida de Joseph Stiglitz o Mark Zuckerberg, que en la de un vecino del barrio.
Las diferencias están en el interés público. Me seduce más mirar al tipo que está en el poder porque eso significa desnudar a alguien que no está desnudo y que se protege muy bien. Estas historias tienen que ver con las formas de construcción de la fama y del poder. También se puede escribir de lo cotidiano, pero no estoy en ese momento ahora. Hace poco, por ejemplo, Leila Gerriero escribió una pequeña viñeta sobre su papá y el Mundial, que me pareció una gema.
En el caso de ‘Voyeur’ lo de fondo es desnudar al poder.
Me interesa todo lo que produce el poder. Explorar la iracundia, el egoísmo y la avaricia de los poderosos. El perfil de Stiglitz es una mirada alrededor del tiempo en una actividad como la economía. Para mí ese es un texto de método porque implicó una forma distinta de acercarse a él. En ese texto, lo que tienes es una persona enfocada en el mundo, pero que siempre está por fuera del mundo.Todo lo que intento con estos personajes es rescatar algún valor universal y usarlo como manifestación de ese valor.
¿Como en la portada: ver a través de la persiana?
En un perfil lo que haces es seleccionar un elemento del personaje mirando a través de esa ‘persiana americana’ y concentrarte en ese foco para rizar el rizo y enfilar la historia.
La idea de persiana me parece interesante porque a través de ella se puede ver del otro lado, pero la vista nunca es completa, siempre se interpone un ‘layer’, una capa entre vos y el personaje; más todo aquello que está en el medio.
En el ‘voyeur’ hay una mirada de distancia permanente, un intento de acercamiento medido.
¿A quién de todos los personajes disfrutó más fisgonear?
Por razones distintas a Lynda Carter y Joseph Stiglitz. Carter porque fue mi primer amor de púber, como la Mujer Maravilla. Cuando vivía en Washington la encontré de casualidad. Ella pasaba por una librería y justo me llega un mensaje, de la que en ese momento era mi pareja, diciéndome que Lynda estaba lanzando un disco de jazz y que lo iba a presentar en los próximos días y me fui a verla. El texto es una historia de cómo nos miramos con el pasado. Con Stiglitz fue interesante porque tuve un acceso impensado a él y luego muchísima dedicación para encontrar qué había detrás de cada dato.
Fue un trabajo de antropología periodística.
¿El Mundial de Catar le dejó algún personaje al que le gustaría fisgonear?
Messi me sigue interesando muchísimo como personaje. Me parece atractivo que con toda la presión que ha tenido que soportar siga siendo un tipo que vuelve a su casa y juega con sus hijos; y que cuando se le acerca un niño puedas ver en su cara la transparencia de una persona que está disfrutando el momento. El gordo (Hernán) Casciari lo definió muy bien: es un perro atrás de la pelota.
Diego Fonseca, escritor y periodista argentino
Argentina 1970. Periodista y escritor. Es maestro de periodismo de la Fundación Gabo. Entre sus libros como autor y editor se cuentan ‘Amado Líder’, ‘Hamsters’, ‘Perdimos’, ‘Esto es un ensayo’ y ‘Crecer a golpes’. Actualmente, reside en Estados Unidos. Fue columnista del New York Times, Gatopardo, El País, Esquire, El Universal, Reforma, El Confidencial, entre otros.
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