El nombre de una gira artística no solo engloba el repertorio que tocará una banda, sino el concepto de escenografía que se construirá. Las coreografías, proyecciones digitales, montajes escénicos sincronizados con la música como los que han presentado Metallica, Madonna, Beyonce, Daft Punk o Lady Gaga en sus giras y conciertos son parte de una millonaria industria en la búsqueda de hipnotizar al público que llega a los eventos musicales.
En Ecuador, sin embargo, es común encontrarse con presentaciones artísticas cuyos agregados visuales no son más vistosos que los protectores de pantalla de una computadora.
Tomando en cuenta que el escenario es el lugar en el que la audiencia se conecta con el artista -para Miguel Gallardo, profesor de música e integrante de Jazz the Roots- el aspecto visual es fundamental y un estándar en la industria.
El proyecto independiente Hormiga ha sabido hacerle frente a esta carencia en el país y ha logrado posicionarse en este espacio elaborando la escenografía para algunas bandas. Entre ellas, Papaya Dada, para quienes han colaborado con audiovisuales de estilo ‘stop motion’ que van acorde a su música tradicional – en sus proyecciones constan figuras que simulan una banda de pueblo y se mueven al son de la música que se toca en vivo-.
El más reciente trabajo para la banda contó con una máscara de 2,40 metros, para el concierto por la apertura del Carnaval en el bulevar de la av. Naciones Unidas.
Según Irving Ramó, director de arte y miembro de Hormiga, para la creación de esta cara se buscó darle un estilo contemporáneo a un personaje tradicional como el Diablo huma. Con base en esas características se le agregó una fusión entre mono y humano al modelo original y sobre esta base de madera se proyectaron visuales que calzaban como piezas de rompecabezas en los rasgos de la máscara, cada canción contaba con visuales distintos que enmarcaban y componían un rostro enteramente nuevo.
Para Ramó, la escenografía está totalmente ligada a la música, la considera una instalación artística atemporal que aporta conceptualmente a la banda y parte de su ‘magia’ es que tiene un tiempo de vida limitado. Ya sea una presentación o una gira completa, la instalación tiene que existir, ser fuerte y saber transmitir junto con la música, en ese momento.
Además de hacer que el público vea proyecciones interesantes durante un concierto, no existe mejor forma de innovar que tener un trato personalizado con ellos y el lanzamiento del primer disco de Jazz the Roots logró llegar directamente a sus fans. Desde pintar la portada del disco hasta experimentar en la ‘Máquina del futuro’ -creada por Hormiga- la interacción del público con la banda hace que valga la pena pagar por ir a ver un espectáculo musical.
La ‘Máquina del futuro’ fue concebida por tres miembros de Hormiga -Sergio Silva, David Sur e Irving Ramó-. Silva explica que querían aproximarse a lo visual desde una estética análoga y la idea de generar visuales hechos a mano- en vivo- significa un valor agregado para los espectáculos.
La máquina está compuesta por una caja de luz que tiene un soporte para una cámara, esta filma lo que se trabaja en la caja y envía la imagen a la computadora, en donde se mezclan con videos preconcebidos y se proyectan en vivo en el show.
Para Gallardo, que una banda instrumental -como Jazz the Roots- convoque masivamente es difícil pero, gracias a su música y la experiencia que han logrado ofrecer junto a Hormiga, sus conciertos atraen cada vez a más espectadores.
Según Silva, la expresión musical tiene un paralelo visual y para obtener un show con experiencia completa hacía falta envolver a los sonidos con más sentidos. La música deleita al oído y de acuerdo con Ramó es enriquecedor y placentero para el espectador tener más información, ya sea de manera visual, táctil u olfativa.
El diseño escenográfico para los videos del grupo Swing Original Monks y el concepto de iluminación para su próximo concierto es el nuevo reto de este innovador grupo.
En contexto
Desde los años 30, el vestuario de los músicos de jazz era parte del sus presentaciones. El pop, que alcanzó su máxima popularidad en los años 50 y 60, ha mantenido el concepto de incorporar un espectáculo visual para complementar la presentación musical.