La Policía detuvo este sábado 5 de noviembre a dos activistas de la organización Futuro Vegetal que se pegaron a los marcos de los cuadros ‘La maja vestida’ y ‘La maja desnuda’, del pintor español Francisco de Goya, en el Museo del Prado de Madrid.
En medio de las pinturas escribieron, además, el mensaje “+1,5º” para alertar sobre la subida de temperatura mundial que provocará y las graves consecuencias que esto tendrá en todo el planeta.
Futuro Vegetal es un movimiento adscrito a Rebelión o Extinción y Rebelión Científica que tiene como propone la resolución de la crisis climática a través de la adopción de un sistema agroalimentario basado en las plantas, según informa Europa Press.
“Estoy aquú pegado porque la semana pasada la ONU reconocía la imposibilidad de mantenernos por debajo del límite de aumento del Acuerdo de París de 1.5 de temperatura media respecto a los niveles preindustriales”, señala la organización en un vídeo distribuido en su perfil de Twitter.
El Museo del Prado confirmó que, tras una primera inspección, las obras no sufrieron daños, pero sí se dañaron sus marcos, en particular el de “La maja desnuda”.
Arresto
La Policía arrestó a los dos activistas, un hombre de 18 años y una mujer de 21 de nacionalidad española, por los delitos de alteración del orden público y daños, informaron fuentes policiales.
Los agentes les intervinieron un mapa de la pinacoteca con indicaciones de seguridad, pintura y pegamento.
Ambos pasarán a disposición judicial tras declarar en comisaría.
La sala donde se ubican las obras fue reabierta después de que la pinacoteca haya decidido cerrarla para evaluar los daños, según explicó el museo en un comunicado en el que muestra su “condena y repudio” por la acción.
El ministro español de Cultura, Miquel Iceta, también mostró en un mensaje escrito en Twitter su “más absoluto rechazo” a lo que ha considerado como “un acto vandálico”.
Registro en video
En el vídeo colgado en las redes por Futuro Vegetal se puede ver a una empleada del museo tratando de frenar la grabación de la protesta y a algunos visitantes increpando a los activistas con gritos de “¡Fuera!” y “¡Sinverguenzas!”.
Uno de los jóvenes, que dice llamarse Samuel, pide disculpas antes de pegarse al cuadro y dice, “estoy aquí porque tengo pánico al cambio climático”, e interpela al Gobierno español a que actúe contra la situación.
En las imágenes se puede ver cómo los dos jóvenes se pegan a los marcos de las obras con un bote de pegamento que llevaban entre su ropa y escriben en la pared con pintura negra.
Hace unas semanas, el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, reconocía que se habían intensificado las medidas de seguridad y que la institución estaba en alerta tras el suceso ocurrido en Londres con ‘Los Girasoles’ de Van Gogh y otras obras en otros museos de todo el mundo que habían sufrido ataques similares.
‘Los girasoles’ de Vicent Van Gogh
La intervención tuvo lugar el pasado 14 de octubre, cuando dos jóvenes activistas del grupo Just Stop Oil lanzaron sopa de tomate contra la obra ‘Los girasoles’ de Vicent Van Gogh que se exhibe en la National Gallery de Londres, en Reino Unido. La organización a la que pertenecen las ecologistas tiene como misión protestar contra producción de combustibles fósiles en Reino Unido.
Una de las activistas implicada, Phoebe Plummer, contaba en un video publicado posteriormente que con su acción buscaban “llamar la atención de los medios de comunicación” para difundir un mensaje. “¿Está bien que haya una inacción que nos ha llevado a una crisis del incremento del coste de vida? Este invierno, las personas se verán obligadas a elegir entre calentarse o comer”, señalaba la joven.
Tanto ella como su compañera Anna Holand sabían, al momento de lanzar la sopa, que la obra estaba protegida por un cristal. Por eso su intención era generar un debate en torno a las consecuencias del cambio climática y la forma en la que la sociedad está abordando esta problemática.
‘Masacre en Corea’ de Pablo Picasso
En esta ocasión, dos integrantes del grupo Extinction Rebellion se pegaron a esta obra que forma parte del Museo de Melbourne, en Australia, para protestar contra la falta de medidas por parte de los gobiernos para luchar contra el cambio climático. La policía tuvo que intervenir para separar a los hombres, de 59 y 49 años, de la cubierta que protege a la pintura. Los activistas fueron arrestados.
Unos meses antes, en julio, ambientalistas de Just Stop Oil hicieron una intervención en la copia de ‘La última cena’ de Leonardo da Vinci que reposa en la Real Academia de las Artes en Londres. De igual forma se pegaron al marco y además pintaron con spray debajo de la obra.
‘Los almiares’ de Claude Monet
El 23 de octubre dos activistas del grupo alemán Última Generación atacaron un cuadro de Claude Monet. Los ambientalistas lanzaron puré de papas a la pintura del impresionistas francés que está expuesta en el Museo Barberini de Postdam, al suroeste de Berlín. La obra, que no sufrió daños porque está protegida con un cristal, es parte de la serie ‘Los almiares’ (‘Les Meules’) de Monet.
‘La joven de la perla’ de Johannes Veermer
Tres hombres pertenecientes a la organización Just Stop Oil protagonizaron nuevamente un ataque a una pieza de arte. El objetivo fue el cuadro más representativo de Johannes Veermer que forma parte de la colección del Museo Mauritshuis de La Haya.
Dos de los ecologistas se pegaron a la pantalla protectora del cuadro (uno de ellos pegó su cabeza) y el tercero le lanzó sopa de tomate. Esta protesta les valió a los tres activistas, de origen belga, el ser condenados a dos meses de prisión.
‘El sembrador’ de Vicent Van Gogh
Uno de las últimas acciones de este tipo ocurrió ayer, 4 de noviembre, cuando cuatro ecologistas lanzaron sopa de guisantes sobre la obra ‘El Sembrador’ de Van Gogh y posteriormente se pegaron con pegamento al muro de la sala en donde estaba expuesto. El lienzo forma parte de una exposición temporal dedicada al pintor en el museo del Palacio Bonaparte en Roma.
Los activistas, que forman parte del grupo Última Generación, escogieron este cuadro porque querían difundir un mensaje en concreto. El ataque, mencionaron en un comunicado, intenta simbolizar que los elementos destacados del cuadro (el agricultor, el campo, etc) se ven desvanecidos por el puré de guisantes como está pasando con los recursos naturales con las acciones de los humanos.
En todos los casos las agresiones tienen consecuencias mínimas en los cuadros, que no han presentado daños considerables. Porque los activistas saben que los cuadros cuentan con pantallas o cristales protectores y lo que buscan es, sobre todo, llamar la atención.
El periodista Cerrillo, indica en su artículo, que este tipo de acciones suscitan un debate en torno a los métodos que emplean las organizaciones del movimiento de acción climática. En general, provocan perplejidad y pueden generar diversas lecturas.
Sobre el ‘ataque’ más difundido, comenta que “quienes han visto las imágenes de la agresión (al menos una amplia mayoría) no han entendido la relación entre la acción en sí y el sentido último de la protesta, que, según sus protagonistas se dirigía contra la industria del petróleo”.
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