Una plaza artesanal en el ingreso a la Reserva de Producción de Fauna acoge a siete emprendedores de Chimborazo, Bolívar y Tungurahua. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO.
En una pequeña plaza, protegida con paredes de piedras volcánicas, los emprendedores de 11 comunidades de tres provincias se turnan para exhibir sus productos.
Hay prendas tejidas con lana de alpaca, cestos y adornos de paja, dulces tradicionales, frutos deshidratados, entre otros productos hechos por asociaciones o grupos familiares.
Los emprendimientos son una nueva atracción de la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo, ubicada a 60 minutos de Riobamba, en la vía a Guaranda. Las ferias, denominadas Bioemprendimientos Chimborazo, se instalan durante los feriados, fines de semana y eventos especiales.
La plaza artesanal fue construida en el 2015 y se convirtió en una vitrina frecuentada por los emprendedores desde inicios del año pasado.
“A los turistas extranjeros les gusta nuestro producto. Cuando nos ven tejiendo las cestas nos toman fotos y compran nuestra mercancía para llevarla como recuerdo”, cuenta Luz Poaquiza, de la comunidad Yurak Ugsha, de Bolívar.
Ella aprendió hace 15 años cómo tejer con paja e hilos de colores todo tipo de cestos y unipersonales cotizados por amantes de la decoración de estilo étnico, y de los turistas que buscan un ‘souvenir’ original para recordar su paso por el Chimborazo.
Los alimentos y dulces tradicionales ocupan otro espacio de la plaza artesanal. Emprendedores de Tungurahua y Chimborazo ofrecen mermeladas, vinos, turrones y caramelos hechos con productos orgánicos.
Quissa, por ejemplo, oferta frutas y tubérculos andinos deshidratados.
“La oca deshidratada y cubierta de chocolate es nuestro producto estrella. Tuvimos muy buena acogida en la feria”, cuenta Luis Morán, uno de los socios.
Las 72 socias de la Organización de Mujeres de la comunidad Pulinguí Razcuñan son quienes tienen mayor experiencia en la elaboración de artesanías y quienes ocupan el espacio más grande en la feria debido a la cantidad de prendas y accesorios que exponen.
Ellas se turnan para acudir al puesto que instalaron en la entrada a la Reserva y comercializan bufandas, suéteres, chalinas, ponchos, aretes y collares y otras prendas hechas con fibras de alpaca.
Sus creaciones cuestan entre USD 5 y 35, y se ofertan también en la sala de exhibiciones del centro comunitario de Pulinguí, ubicado 20 minutos de la Reserva. Las mujeres también forman parte de la Corporación de Turismo Comunitario de Chimborazo.
Ellas ofrecen el servicio de alimentación, actividades de convivencia con la comunidad y una visita a la sala de artesanías, donde los visitantes pueden verlas trabajar.
Además, tienen rutas de ‘trecking’ por el bosque de polilepis (un remanente de bosque nativo de más de 80 años de antigüedad), y otros sitios desde donde se puede observar a las vicuñas que viven silvestres en las faldas del volcán.
La feria de emprendimientos es la zona de inicio o cierre de los recorridos por las rutas del Chimborazo, que es el punto más cercano al sol, si se mide desde el centro de la tierra.
“Fue mi punto favorito en el recorrido, aquí probé muchos sabores nuevos”, dice Nate Cox, un turista.