Según la WWF, la Declaración sobre Áreas Protegidas y Cambio Climático es uno de los logros más importantes de la COP21. Foto: Archivo.
Después de Venezuela, Ecuador es el país con mayor territorio dedicado a la protección de sus ecosistemas proporcional a su tamaño. Una tercera parte del país se encuentra bajo alguna figura de conservación. El área protegida de la Amazonía abarca alrededor de 3 millones de hectáreas (25% de la Amazonía ecuatoriana) según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Desde el 2015, el Ecuador forma parte de la Red Latinoamérica de Áreas Protegidas y el proyecto SNACC de WWF, que busca potenciar la conservación de los ecosistemas como una estrategia de adaptación al cambio climático y fomento al turismo local. Según el Ministerio del Ambiente en el 2015, 1,9 millones de personas visitaron las Áreas Protegidas de Ecuador.
La biodiversidad provee de agua, suministra alimentos, madera y otros recursos genéticos que contribuyen mitigar los impactos del cambio climático, tales como sequías, inundaciones, extinciones, altas temperaturas, entre otros. La protección de la Amazonía permite mantener su funcionamiento como un motor hidrológico que genera condiciones climáticas favorables a escala global.
Según la WWF, la Declaración sobre Áreas Protegidas y Cambio Climático es uno de los logros más importantes que se ha alcanzado dentro de los compromisos de la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático, COP21.
A través de esta declaración, los 18 países latinoamericanos vinculados se comprometen a buscar alternativas para integrar el rol de las Áreas protegidas dentro de las estrategias para enfrentar el cambio climático.
Hasta este 5 de agosto de 2016 se reunirán, en Quito, representantes de las Áreas Protegidas de la región para definir el plan de acción de la declaración.