La cinta se centra en la historia de un exitoso coreógrafo que intenta reprimir sus deseos ocultos. Foto: Cortesía ‘Acariciando mi niño’
El último fin de semana de julio de 2016 el ecuatoriano Santiago Terán debuta en el cine como director con una producción arriesgada y frontal que busca despertar el interés y la reflexión del público. ‘Acariciando mi niño’ es el título de la cinta que toma la pedofilia como argumento central de su historia.
Cuando Terán ejercía como psicólogo clínico en Los Ángeles se encontró con una persona que llegó al consultorio con una historia impactante.
Aquel adulto intentaba explicar el deseo erótico casi irreprimible que sentía hacia los niños. Terán no lo volvió a ver y solo podía especular cual habría sido el desenlace.
Pero aquel episodio, que ocurrió hace unos 25 años, se quedó grabado en su memoria y fue lo que le inspiró a escribir una historia que se convertiría en el guión de ‘Acariciando mi niño’.
Santiago dejó la psicología para dedicarse al estudio de la fotografía fija, maquillaje y efectos especiales que lo llevó a involucrarse en varios proyectos audiovisuales como el filme ‘Desde abajo’ (2009) junto a Carlos Piñeiro y Jaime Rosero.
La historia de un exitoso coreógrafo que mantiene una relación conflictiva con su pareja mientras intenta reprimir su atracción hacia las niñas en un club de danza se fue puliendo con la ayuda de Fabiola Minda, Pedro Saad y Mimmo Privitera, hasta alcanzar una versión final en la que el director quería alejarse de los lugares comunes, para darle un tono neutral a la cinta.
Para los personajes, Terán necesitaba un actor bien parecido y con una empatía natural en pantalla, características que encontró en Álex Altamirano, mientras que el papel de una mujer de carácter fuerte y decidida quedó en manos de Carolina Piechestein.
Terán está consciente de que se trata de un tema complejo y controversial para el cine, pero asegura que aunque la historia no pretende ser explícita en sus imágenes, busca generar inquietudes y reflexiones en el espectador. “Es una película sobre un tema que no se ha topado y con el que pretendemos que la familia pueda conversar y prevenir”, asegura el director.