Dalila es una bóxer adulta que fue rescatada con Negro, un schnauzer miniatura. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.
En febrero de este año la Agencia Metropolitana de Control rescató a Dalila de una casa al norte de Quito donde vivía junto a otro perro. A sus nueve años pesaba nueve kilos. Su caso conmovió a sus rescatistas que no pudieron entender cómo se permitió que el animal llegue a ese estado. Su preocupación ahora regresa, cuando sus antiguos propietarios han pedido que se les devuelva a los animales.
Andrés Tufiño, inspector de fauna urbana del Municipio, indicó en una entrevista con este Diario, que el propietario entregó un escrito donde solicita que se le entreguen a Dalila y Negro. “El dueño indicó que los perros eran de su madre que había fallecido y que por esas circunstancias se habían descuidado unos días”, contó.
América Freire, fundadora de la organización Patitas Callejeras, acogió a Dalila y Negro para su rehabilitación. Para ella resulta inconcebible que los animales regresen a ese lugar. “Si ya la perra estuvo en un abandono evidente –sin agua, sin comida, encadenada y comiendo sus propios excrementos-, creemos que es injusto que ella vuelva a ese lugar”, comentó Freire.
Dalila ha recuperado parte de su peso. Sin embargo todavía se le está tratando por un problema renal. Cada semana se le realizan controles para verificar su estado de salud y se informa a la AMC, contó Freire. La perra ha desarrollado un vínculo especial con Freire, no se separa de ella ni un instante, como si supiera que en ese lugar está a salvo.
Tufiño considera que son pocas las posibilidades de que esto ocurra, “por las evidencias presentadas en el caso”, explicó. Luego de la denuncia respectiva se inició un proceso legal para emitir una sanción a los dueños por maltrato de animales de compañía. Sin embargo, han pasado casi dos meses y no se ha tenido una resolución.