Cubierta con una tela de color anaranjado, los tres kilómetros de “muelles flotantes” formados con cubos de polietileno conectaban a la pequeña isla de Monte Isola. Foto: Captura de pantalla
En total 1,2 millones de personas pudieron vivir la sorprendente experiencia de caminar sobre las aguas gracias a las pasarelas flotantes que el artista norteamericano de origen búlgaro Christo instaló en el lago de Iseo, al norte de Italia.
“Vino gente de todas partes para caminar sin meta sobre el agua. No vinieron para hacer compras, ni para reunirse con amigos. Ellos simplemente caminaron hacia la nada” , comentó divertido el célebre artista, famoso por haber empaquetado el Puente Nuevo de París y el Reichstag en Berlín.
De todas las edades y diferentes nacionalidades, la mayoría descalzos para sentir mejor el movimiento de las aguas, algunos en silla de ruedas o con el propio perro, los visitantes acudieron en masa para vivir la particular experiencia que Christo propuso: caminar sobre las aguas.
Cubierta con una tela de color anaranjado, que contrasta con el verde oscuro del lago, los tres kilómetros de “muelles flotantes” formados con cubos de polietileno conectaban a la pequeña isla de Monte Isola con otra isla diminuta, la de San Paolo, la dos en medio del lago de Iseo.
El domingo 3 de julio de 2016, la entrada fue suspendida a las 22H00 (20H00 GMT) y los últimos visitantes salieron a medianoche (2200 GMT) .
Este lunes 4 de julio de 2016 iniciaron el desmonte de los 200 000 cubos de polietileno, los cuales serán reciclados en menos de 24 horas. Pedazos de la tela amarilla sintética van a ser vendidos en eBay, aunque la mayoría también será reciclada.
En tres meses, no quedará nada del paso de Christo por el lago italiano, explicaron los organizadores.
Lo único que quedará son las imágenes grabadas, las cuales serán consultables en el sitio web de Google Street View.
La instalación del controvertido artista, que deseaba transmitir a la gente la sensación de caminar sobre la espalda de una ballena, obtuvo un éxito inesperado.
Mientras los organizadores calculaban una participación de unos 25 000 a 40 000 visitantes al día, el promedio se disparó a 72 000, para un total de más de 1,2 millones en 16 días.
Según la policía, la asistencia fue mayor, de casi 100 000 visitantes al día, por lo que tuvieron que tomar medidas especiales e inclusive limitar el número de trenes que pasan por la localidad ante la multitud que se disponía a asistir.
La prefectura tuvo que ordenar el cierre por seis horas de las pasarelas a partir de la medianoche para garantizar la limpieza y el mantenimiento.
Demasiado caro
El Movimiento 5 Estrellas (M5S) denunció el desperdicio pese a que a los asistentes no tenían que pagar alguna entrada, una polémica que resultó estéril.
En un comunicado los organizadores recordaron que el proyecto fue financiado totalmente por el mismo Christo, quien suele vender los dibujos y maquetas preparatorias para obtener fondos a sus proyectos.
El artista contó con un presupuesto de 18 millones de euros para la instalación de la estructura, el mantenimiento, desmantelamiento, recolección de basuras e instalación de baños portátiles.
Dispuso también de 1,5 millones de euros para policía, ambulancias, bomberos, etc. Christo, de 81 años, concibió el proyecto con su esposa, la marroquí Jeanne-Claude, quien murió en 2009, y con la que realizó gigantescas instalaciones en diferentes países.
Los artistas querían realizarlo inicialmente en el Río de la Plata en Argentina y luego en Japón, pero al final lograron el apoyo y los permisos en Italia.
Christo tiene otros dos sueños imponentes: colgar 10 km de tejido plateado sobre un río en el oeste de Estados Unidos y construir un monumento de 150 metros de altura con 410 000 barriles de petróleo en medio del desierto de Abu Dabi, lo que podría ser la mayor escultura existente en el mundo.