La prensa internacional y especializada habla de la “resurrección” del tenor mexicano Rolando Villazón. Para muchos es, nuevamente, el divo de la ópera en el mundo. Las críticas son, en su gran mayoría, elogiosas, y su inminente retorno a la Scala de Milán el 25 de mayo con un recital y en junio con Così fan tutte, una agenda llena para los siguientes años, confirman su regreso triunfal.
Sus éxitos van camino a ser incontables: conciertos y producciones en los grandes teatros como el Staatsoper im Schiller; su presencia en el Festival de Salzburgo, uno de los más prestigiosos de la escena operística mundial; sus discos ‘Verdi y Mozar Concert Arias’; la producción de un documental con la BBC sobre Mozart; el tour europeo dedicado a ese compositor, etc.
Además está la próxima publicación de su novela ‘Malabares’, en alemán; primero se lanzó en España, después se tradujo al francés y hace unas semanas se publicó en México. Todos estos hechos forman parte de una serie de proyectos que tienen al mexicano, nacido en 1972, en la cima.
De su país dice: “México está en mi corazón, cada vez que yo canto México está ahí. Si una nacionalidad es un accidente, yo he tenido el accidente más afortunado del mundo. Soy resultado de una infancia, de una gran cultura, y de una cultura trágica, humorística y tan arrojada como es la nuestra”.