Arte Actual. Sobre los muros del cubo blanco, que es la galería, está la fotografía contemporánea de 19 creadores, todos en un diálogo intergeneracional. Cada imagen es la parte de una historia o es una mirada seccionada del mundo. De ahí nace el título de la muestra ‘Narrativas fragmentadas’, abierta hasta el 27 de abril.
Fragmentadas también se mostraron las reflexiones de los fotógrafos partícipes de la muestra, durante un coloquio, el martes pasado, en esa misma sala. Acomodados en un círculo de sillas, se encontraron el público, la curadora Mónica Vorbeck, el coordinador de Arte Actual, Marcelo Aguirre, y algunos de los expositores: Judy Bustamante, Sara Roitman, Isabel Dávalos, Fernando Espinosa, Pepe Avilés, Wendy Ribadeneira, Raquel Acevedo, Karla Gachet e Iván Kashinsky.
El fin de la muestra –explicó su curadora- era reunir la obra reciente de un grupo de fotógrafos. En el camino se evidenció el desconocimiento entre las generaciones de hacedores de la fotografía y la ausencia de referentes que permitan articular un espacio desde el cual reconocerse y enunciar propuestas. Así, la situación de la fotografía se robó los primero minutos de charla: el fotógrafo como un ser ausente en el medio cultural, el cuestionamiento que perdura sobre la fotografía como arte menor, la falta de escuelas de formación y órganos de difusión.
Ante los tonos de queja perenne, el coloquio intentó saltar de tema, tratar de las propuestas en exhibición, de los elementos compositivos, de temáticas y búsquedas; hablar de la fotografía como un medio que exige a un espectador activo para que las narrativas de la imagen se completen, un espectador que comprenda lo fragmentario de la imagen y reaccione frente a ello.
Se dijo que había una tendencia hacia lo cotidiano, a captar objetos del día a día y que estos sean parte de una historia dentro de la misma imagen. También, que había fotografías que constituían un relato en sí mismas y otras que dependían de una serie para estructurarse. Se dialogó sobre la fotografía como una huella de nostalgia; sobre los riesgos de que el creador sea sujeto de su obra, sobre los espacios fotografiados como signos de construcción y decaimiento, sobre la reactivación de la fotografía documental.
Mientras tanto, las imágenes, en su silencio, también dialogaban.