Pasar revista a casi 200 años de humor gráfico es quizá uno de los mayores aciertos de Buenos Aires. Y eso se logra en el nuevo Museo del Humor, que abrió sus puertas hace pocos días. Y el lugar que eligieron quizá no pueda ser más propicio: la antigua cervecería Munich. Quizá, como para decir, que aquello que salió de allí para divertir un poco, y de otra manera, a los porteños, ahora es ya el sitio de la alegría definitiva.
Una gigantesca Mafalda –quizá el personaje más emblemático o el más querido del humor gráfico local– vuela por los aires para recibir a los visitantes. Y es una buena señal de lo que se verá adentro, el tránsito por una tradición de la que los argentinos se enorgullecen: sus historietas.
En este caso, su nombre lo dice, el centro es el humor, que aborda tanto el tema político como el costumbrismo; desde la fundación de la República Argentina hasta el aparecimiento de las nuevas figuras que van llenando los diarios y revistas que se publican en el país, como Tute, Liniers, Daniel Paz, Rep, entre otros.
Se puede encontrar la metamorfosis del vestir, de “la moda que incomoda”, con que César Bacle, quien en 1834 se burla de los grandes peinetones, de la mujer sofisticada de 1950, la sensuales chicas que van de boliche en boliche de los años 70 hasta la desenfadada mujer actual.
Los hombres también son caricaturizados: San Martín (nada más y nada menos que el gran libertador) con cuerpo de tigre; el cura de cuello duro de José María Cao (el padre del humor gráfico argentino); los que en los años 50 seguían los pasos de Humphrey Bogart con sus impermeables y sombreros de ala ancha; el guapo tanguero de Buenos Aires, el atorrante, el linyera (vagabundo). Por el museo pasan todos…
En la Costanera Sur, frente al río, los visitantes se encontrarán con personajes emblemáticos de una Argentina diversa. Dos de ellos son creación de Dante Quinterno: Patoruzú (1928), “el último de los tehuelches”, ejemplo de moral, valentía y honradez, e Isidoro Cañones (1935), que era un ‘atorrante’ (vividor, mujeriego, vago), dilapidador de dinero ajeno, cobarde, corruptible.
También están Avivato, don Fulgencio de Lino Palacios; Mafalda, de Quino; Diógenes y el vagabundo, de Guinzburg y Tabaré; Matías, de Sendra; de Roberto Fontanarrosa: Inodoro Pereyra y Boogie, el aceitoso; y Caloi, quien falleció hace poco y dejó a los argentinos sin Clemente.
A todos ellos se los puede ver en el Museo del Humor, para admirar un arte cuyo pionero es el gallego José María Cao (en el siglo XIX), y ver una manifestación propiamente de Argentina, que “produce una especie de cocteles humanos”, como dijo alguna vez el escritor Julio Cortázar.
80 ‘pirulos’ y sigue contando
De Mendoza salió algún día, y a Mendoza volvió Joaquín Salvador Lavado para celebrar su cumpleaños número 80.
Mejor conocido como Quino, el creador de Mafalda, quizá el personaje más inolvidable e internacional de la tira cómica argentina, pasó este fin de semana en su provincia natal.
Según el mismo Quino, en su página web oficial, nació el 17 de julio de 1932, “aunque en los registros oficiales conste nacido el 17 de agosto”.
Desde que nació su familia lo llamó Quino para distinguirlo de su tío Joaquín Tejón, pintor y dibujante publicitario con quien a los 3 años el pequeño descubre su vocación. Fue en la escuela primaria donde descubrió que su verdadero nombre es Joaquín
Su recibimiento en Mendoza fue acompañado por su particular modo de mirar la vida, sobre todo cuando se está por cumplir los 80 ‘pirulos’, como se dice en Argentina. “Tengo en la página el dibujo de unos viejitos que están mirando caer las hojas del otoño y proponen: “¿y si en vez de decir que estamos en el otoño de la vida decimos que estamos en la primavera de la muerte?”. Bueno, así estoy”, dijo Quino sobre sus 80 años al diario mendocino Uno.
Hace poco, Quino publicó un libro titulado ‘¿Quién anda ahí?’, que “dadas las condiciones de seguridad en que vivimos en este país (…) es una pregunta muy frecuente que la gente se hace”, añadió el humorista. Mañana recibirá un homenaje en la ciudad mendocina de Godoy Cruz. Y ya el viernes estará firmando libros en la Feria del Libro Infantil de Buenos Aires.