Entrevista a Jorge Núñez, historiador y catedrático.
¿Cómo reaccionó ante el Premio Espejo?
Con alegría; este trabajo es solitario y silencioso, uno vive entre documentos y no tiene exacta conciencia de cuán vinculado está con el pueblo. Con el premio uno piensa que está en sintonía con las aspiraciones de su país.
¿La historia permanece en libros y museos, o se la estudia dentro de la situación cotidiana de un país?
Tenemos testimonios de la historia que son una parte significativa, pero también existe uno importante en las mentalidades colectivas, en el espíritu del país; aunque los pueblos no tengan memoria precisa entienden los causes que los trajeron hasta acá.
¿Cuál es la visión que se tiene de la historia, hoy?Hay una conciencia básica respecto de lo que ha sido la historia nacional, pero con muchos espacios no iluminados. La historiografía ha adolecido de prejuicios y limitaciones, está hecha al gusto de la escuela positivista, para la cual el héroe era el gran símbolo. Él ocupa el escenario y opaca a los demás personajes, no asoman las masas, el pueblo o las mujeres.
Entonces, ¿es necesaria la desmitificación del héroe?
Sí, en el sentido de darle un carácter más humano y no verlo como ícono de bronce. Pero es más importante una lectura generosa de la historia. Este Bicentenario mostró estudios que revelan la participación popular en la independencia. El acta de la noche del 9 al 10 de agosto está suscrita por líderes de barrios quiteños, artesanos y comerciantes; los marqueses asomaron al día siguiente y por designación del mismo pueblo llano que hizo la revolución.
Pero aún se cree en el héroe, Bolívar, por ejemplo…
Bolívar tuvo la virtud de mover voluntades sociales , de aunar respaldos, de organizar ejércitos donde había campesinos, de capacitar a esa gente. Pero, si bien fue un gran conductor de pueblos, es mostrado como el hacedor de todo y eso es un falseamiento de la historia, incluso le deja a Bolívar sin piso. Eran pueblos enteros los que se movían, mujeres que cumplían tareas logísticas y de inteligencia, ahí están héroes anónimos.
¿Esta movilización de pueblos es también el fin al que apunta la reunión de gobiernos, bajo el sello bolivariano?
En cada tiempo existen enemigos; ahora son el retraso, la dependencia, la pobreza, no los ejércitos de represores extranjeros. Tenemos que dar respuesta a las necesidades actuales y para ello es bienvenido todo lo que apunte a la unidad de lo pueblos, al desarrollo de la economía , al progreso de la educación…
¿El historiador llega a sentirse dueño de la verdad?
Es posible. Yo no siento esa tentación, más bien estoy en la tentación contraria: dudar siempre. La duda es un motor de la investigación porque incentiva a la búsqueda de la verdad. Es indispensable trabajar con más modestia; la historia es una ciencia que se hace todos los días.
¿Cómo no dejarse llevar por pasiones personales?
Sentido común. Todos tenemos emociones, sentimientos, ideas políticas, inclinaciones pero hace falta sensatez para que esos elementos de nuestra subjetividad sean un incentivo que nos lleve a trabajar mejor con la historia…