Los artistas del Fringe Festival, uno de los siete festivales que se celebran en Edimburgo, se esfuerzan por atraer nuevos públicos a sus representaciones, tarea nada sencilla en un evento que agrupa 2 850 espectáculos.
Las actividades promocionales se concentran en High Street, una de las principales calles de la capital escocesa, en la que muchos artistas representan una parte de su obra, reparten panfletos y explican a los transeúntes de qué trata su actuación, para que la vean.
En el marco del Festival de Edimburgo, The Fringe congrega hasta el 27 de agosto obras de teatro, musicales, conciertos, monólogos, comedias y cabarés, gratuitas y de pago, que se representan en salas tradicionales y también en recintos como iglesias, baños, jardines, rincones escondidos, museos o librerías.
La creatividad y la promoción a pie de calle son dos puntos fundamentales para lograr espectadores, según explica Towanda Moyo, bailarín del espectáculo de música y danza de Zimbabue Zambezi Express, que junto a sus 22 compañeros dedica cuatro horas diarias a promocionar su musical. “Las representaciones en la calle están pensadas para que la gente se entere de dónde actuamos y a qué hora”.
Con ese mismo objetivo, los intérpretes de la obra de teatro ‘Ricardo III’ saltan de su pequeño escenario en High Street y se retuercen por los suelos entre los transeúntes, mientras levantan las manos para repartir panfletos. El guionista y cómico Peter Shaffer atrae la atención al recorrer esa misma calle, con actitud ensimismada, con una pancarta en la que presenta su comedia ‘Black Comedy’. También en High Street se puede disfrutar de canciones acompañadas por guitarras y gaitas, fragmentos de monólogos, obras de mimo, cuentacuentos o coros.