Marcos Witt, cantante de música cristiana, también se presentó en Ambato. Foto: EL COMERCIO
El Coliseo General Rumiñahui se convirtió en un templo de alabanza el 7 de junio de 2014. La comunidad cristiana acudió para ver y escuchar a uno de sus referentes; el pastor, compositor y cantante Marcos Witt.
El concierto se inició con la presentación de Pablo Andrés Hidalgo. Con su banda de pop rock cristiano hizo que los quiteños se olviden del frío. Se levantaron de los asientos, aplaudieron y oraron.
Hidalgo aprovechó la ocasión para lanzar su último trabajo discográfico: ‘Fuerzas del Corazón’. “Lo hago en el mejor momento y con la mejor gente… ustedes”. El concierto fue organizado por Original Producciones.
Luego fue el puertorriqueño Funky el que desató la emoción especialmente entre los más jóvenes. Faltaron gradas en el área de general para bailar el regaetón y rap de alabanza. Con él llegó también la sorpresa de la noche: kike Pavón, de España. Juntos interpretaron la canción ‘Empezar de nuevo’.
Luego, Lilly Goodman tomó el micrófono y gesticuló su primera canción. El público no pudo oirla unos minutos por un problema que se presentó con el sonido. Goodman pidió a sus seguidores que se pusieran de pie para orar por la superación de los inconvenientes técnicos. Eso le dio tiempo a la organización para poner en orden el sonido.
Al cierre, Witt fue recibido entre gritos y aplausos. Para interpretar la canción ‘Enciende una luz’ invitó a los quiteños a levantar sus celulares encendidos. El coliseo se vio como cielo estrellado.
El pastor no dejó que nadie dejara de bailar con su música y su carisma. “Cierren los ojos, levanten las manos y agradezcamos al señor”. La comunidad cristiana lo siguió, alegre y emocionada, hasta el final.