Woody Harrelson y Kevin Hart forman equipo en ‘El hombre de Toronto’, uno de los últimos estrenos de Netflix. La cinta dirigida por Patrick Hughes es una combinación de acción y comedia que ya se ubica en el primer lugar entre las películas más populares de la plataforma en Ecuador.
El drama y la comedia han definido la carrera de Woody Harrelson y Kevin Hart, respectivamente. Al igual que su estilo en la actuación, esta pareja de actores que ahora se junta como protagonistas en ‘El hombre de Toronto’ también tiene su propia historia con la Academia de Cine de los Estados Unidos.
Cómico de ‘stand up’ y actor, Kevin Hart es un referente de la comedia en Hollywood y estuvo a punto de ser el presentador de los premios Oscar en 2019.
Finalmente, decidió no ser el anfitrión de la gala tras la polémica por una serie de comentarios homofóbicos que había publicado en redes sociales en el pasado, y admitió que está “evolucionando”.
Su reputación en la comedia descansa sobre títulos como la saga ‘Jumanji’, ‘¿En qué piensan los hombres?’ o ‘Un espía y medio’.
A Woody Harrelson lo conocemos de películas como ‘Tres anuncios en las afueras’, ‘El mensajero’ o ‘El escándalo de Larry Flynt’, tres películas por las que estuvo nominado al Oscar.
También es un actor que se permite explorar otros géneros, incursionando en el cine de superhéroes en ‘Venom’, en ciencia ficción con ‘Los juegos del hambre’ o en la comedia con ‘Zombieland’.
Una pareja dispareja
Este tándem de actores cumple con los contrastes físicos y de personalidad necesarios para darle forma a la historia sobre una inusual alianza entre dos protagonistas masculinos o ‘buddy movie’.
El primer tramo de la película se encarga justamente de remarcar esos contrastes. Por un lado, Hart es presentado como Teddy, esposo de una exitosa abogada y socio de un modesto gimnasio con vocación de empresario.
Su intento por crear la nueva tendencia en el mundo del ‘fitness’, lo lleva a una serie de decepcionantes pero cómicos experimentos que realiza en casa. Su nombre es sinónimo de fracaso, a lo que responde con obstinado optimismo.
Al mismo tiempo, en otra locación aparece Harrelson como ‘El hombre de Toronto’, miembro de una red de asesinos a sueldo que utilizan nombres de ciudades y países como nombre clave, al estilo de ‘La casa de papel’.
Vestido de negro, con mirada fría y un infalible método, Harrelson es el mejor cuando de interrogatorios y tortura se trata.
Un cómico y desafortunado encuentro
En esa introducción queda expuesto la interacción entre comedia y acción que marcará el tono de la cinta. También quedan subrayadas las disparidades entre dos hombres que llevan vidas completamente distintas.
Las casualidades de la ficción hacen que Teddy alquile una cabaña de campo para celebrar el cumpleaños de su esposa. Sin embargo, termina en la cabaña equivocada donde es confundido con ‘El hombre de Toronto’.
Este cambio de identidad prepara el terreno para lo que será el encuentro de los protagonistas y una, a veces demasiado larga, aventura entre situaciones de riesgo que incluso giran hacia el ridículo para convertirse en comedia.
En medio de la confusión el personaje de Hart es reclutado por el FBI para ayudar a evitar un incidente internacional, que por alguna extraña razón involucra a la embajada de Venezuela en los Estados Unidos.
Por otro lado, al verdadero asesino no le queda otra opción que valerse de Teddy para terminar bien el trabajo encomendado, por el que recibirá un pago extraordinario.
En el camino las diferencias se reducen y los protagonistas se abren emocionalmente uno al otro, revelando sus vulnerabilidades y habilidades ocultas.
Entre los actores se percibe química de la buena, que es aprovechada en un par de entretenidas escenas de acción en pareja y en algunos cómicos intercambios de sus diferentes puntos de vista.
Hart ofrece la comedia histriónica y de diálogos ligeros que definen su estilo. Por contraste, Harrelson canaliza bien esos elementos y fluye con entusiasmo y agilidad en las escenas de acción. Sin ser la comedia del año, ‘El hombre de Toronto’ será un entretenido pasatiempo sugerido por algún algoritmo.