De acuerdo con análisis científicos, la inflamación sería un agravante que influye en la mortalidad de los pacientes graves con covid-19. Foto: Reuters
El impacto del covid-19 puede variar enormemente en los seres humanos. En algunos, no causa ningún síntoma y en otros es potencialmente mortal, y algunas personas, en cambio, son particularmente vulnerables a sus efectos muy severos.
El virus afecta de manera desproporcionada a hombres y adultos mayores que padecen enfermedades como diabetes y obesidad. En el Reino Unido y otros países occidentales, las minorías étnicas también se han visto afectadas con mayor impacto por el nuevo coronavirus.
Si bien muchos factores contribuyen a la gravedad de la afectación de las personas, incluido el acceso a la atención médica, la exposición ocupacional y los riesgos ambientales como la contaminación, ha quedado claro que para algunos de estos grupos vulnerables es la inflamación -la respuesta de su sistema inmunológico- el factor clave que explica por qué se enferman tanto.
Específicamente, los especialistas han visto que los riesgos asociados con la diabetes, la obesidad, la edad y el sexo están todos relacionados con el funcionamiento irregular del sistema inmunológico cuando se enfrenta al virus.
La inflamación puede llegar demasiado lejos
Una característica común de muchos pacientes graves por covid-19 es el daño pulmonar causado por una respuesta inmunitaria demasiado vigorosa. Esto se caracteriza por la creación de proteínas inflamatorios llamadas citocinas o -como se conocen- la ‘tormenta de citocinas’.
Las citocinas son proteínas que influyen en la respuesta del sistema inmunológico frente a una amenaza. Foto: Web scientificanimations.com
Las citocinas pueden ser herramientas realmente poderosas en la respuesta inmune: pueden, por ejemplo, detener la reproducción del virus Sin embargo, algunas acciones de éstas proteínas, como ayudar a incorporar otras células inmunitarias para combatir una infección o mejorar la capacidad de estas células reclutadas para atravesar los vasos sanguíneos, pueden causar un daño real si no se controlan. Esto es exactamente lo que sucede cuando se genera una ‘tormenta de citocinas’.
Muchos glóbulos blancos crean citocinas, pero las células especializadas –monocitos y macrófagos- parecen ser algunos de los mayores culpables de generar tormentas de citocinas. Cuando se controlan adecuadamente, estas células son una fuerza que influyen positivamente, pues pueden detectar y destruir amenazas, limpiar y reparar el tejido dañado, además de traer otras células inmunes para ayudar.
Sin embargo, en el caso de pacientes infectados graves, la forma en que funcionan los monocitos y macrófagos falla. Y esto es particularmente sucede en pacientes con diabetes y obesidad.
Daños por combustibles de glucosa
La diabetes, si no se controla bien, deviene en niveles altos de glucosa en el cuerpo. Un estudio reciente mostró que, cuando el covid-19 se encuentra alojado en el organismo de un ser humano, los macrófagos y monocitos responden a niveles altos de glucosa con consecuencias alarmantes.
El virus que causa el covid-19, el SARS-CoV-2, necesita un objetivo al que adherirse para invadir nuestras células. Su elección es una proteína en la superficie celular llamada ACE2. La glucosa aumenta los niveles de ACE2 presentes en los macrófagos y monocitos, lo que ayuda al nuevo coronavirus a infectar las mismas células que, en realidad, deberían ayudar a matarlo.
Una vez que el virus está seguro dentro de estas células, hace que comiencen a producir muchas citocinas inflamatorias, lo que efectivamente inicia la tormenta de citocinas. Y cuanto más altos son los niveles de glucosa, más éxito tiene el virus en replicarse dentro de las células. Es decir, termina siendo la glucosa quien alimenta al covid-19.
El covid-19 puede agravarse en pacientes con enfermedades preexistentes como la diabetes y la obseidad. Foto: AFP.
Pero ese no es el único alcance del covid-19. También causa que las células inmunitarias infectadas por virus produzcan ‘productos’ que son muy dañinos para los pulmones, como especies reactivas de oxígeno. Además, el virus reduce la capacidad de otras células inmunitarias -los linfocitos– para matarlo.
La obesidad también causa altos niveles de glucosa en el cuerpo y, al igual que la diabetes, afecta la activación de macrófagos y monocitos. Las investigaciones demostraron que los macrófagos de personas que sufren de obesidad se convierten en un blanco perfecto para que el SARS-CoV-2 prospere.
Otros riesgos relacionados con la inflamación
El mismo tipo de perfil inflamatorio que causan la diabetes y la obesidad también se observa en adultos mayores de 60 años.
La inflamación se caracteriza por tener altos niveles de citoquinas proinflamatorias. Está influenciado por una serie de factores, incluida la genética, el microbioma (las bacterias, los virus y otros microbios que viven dentro y sobre ti) y la obesidad.
Muchas personas mayores también tienen menos linfocitos, las mismas células que pueden atacar y destruir virus.
Todo esto significa que para algunas personas mayores, su sistema inmunológico no solo está mal equipado para combatir una infección, sino que también es más probable que provoque una respuesta inmunitaria dañina. Tener menos linfocitos significa, además, que es posible que las vacunas no funcionen tan bien, lo cual es crucial a tener en cuenta al planificar una futura campaña de vacunas contra el covid-19.
Así es el SARS-Cov-2, el virus que causa la enfermedad del covid-1. Foto: Reuters
Otro enigma que ha preocupado a los investigadores es por qué los hombres parecen mucho más vulnerables al covid-19. Una razón es que las células de los hombres parecen infectarse más fácilmente con el SARS-CoV-2 que las mujeres. El receptor ACE2 que utiliza el virus para adherirse e infectar células se expresa mucho más en hombres que en mujeres. Los hombres también tienen niveles más altos de una enzima llamada TMPRSS2 que promueve la capacidad del virus para ingresar a las células.
La inmunología también ofrece algunas pistas sobre la diferencia de sexo. Se sabe desde hace mucho tiempo que los hombres y las mujeres difieren en sus respuestas inmunitarias, y esto aplica en pacientes con covid-19.
Un estudio reciente ha rastreado y comparado la respuesta inmune al SARS-CoV-2 en hombres y mujeres a lo largo del tiempo. Tras el análisis, los expertos establecieron que los hombres eran más propensos a desarrollar monocitos atípicos que eran profundamente proinflamatorios y capaces de producir citocinas típicas de una tormenta de citocinas. Las mujeres también tendían a tener una respuesta de células T más robusta, que es necesaria para la eliminación eficaz del virus. Sin embargo, la edad avanzada y el índice de masa corporal más alto revirtieron el efecto inmunológico protector en las mujeres.
Estudios como estos destacan cuán diferentes son las personas. Cuanto más comprendamos estas diferencias y vulnerabilidades, más podremos considerar la mejor manera de tratar a cada paciente. Los datos, además, destacan la necesidad de considerar la variación en la función inmunológica e incluir a personas de diversos grupos demográficos en los ensayos de medicamentos y vacunas.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí para leer la versión original en inglés.
*Sheena Cruickshank es profesora de Ciencias Biomédicas en la Universidad de Manchester.