Las nubes bloquearon la visión de eclipse de Sol en gran parte de Europa. Foto: EFE.
En avión, desde las grandes capitales europeas o desde las cumbres nevadas de un archipiélago perdido en medio del Ártico, buena parte del hemisferio norte asistió este viernes 20 de marzo al espectáculo mágico de un eclipse solar.
Desde primera hora de la mañana, los científicos empezaron a observar desde el océano Atlántico cómo la luna escondía parcialmente el sol. “Es muy bonito. Es uno de los espectáculos astronómicos más maravillosos que se pueden ver”, declaró a la AFP el astrofísico Alfred Rosenberg, uno de los primeros que disfrutó del evento desde el observatorio de las islas Canarias.
El eclipse fue luego visible en Europa, el noroeste de África y Asia, y en Oriente Medio, antes de terminar su recorrido cerca del Polo Norte. El fenómeno fue estropeado en una parte del continente europeo por las condiciones meteorológicas, ya que el cielo tenía nubes en muchas de las regiones desde donde podía verse.
Para esquivar las malas condiciones atmosféricas, científicos y amantes de la astronomía se embarcaron en aviones, para ir a contemplar el “sol negro” por encima de las nubes. Previo pago de varios centenares de dólares por cabeza, 50 daneses se subieron a bordo de un Boeing 737 fletado especialmente para la ocasión.
Aunque incluso allí se enfrentaron a algunos inconvenientes: “Desde el suelo, se puede oír a los pájaros comportarse de forma distinta y sentir cómo cae la temperatura”, explicó a la AFP uno de los pasajeros, Valentin Mikkelsen, profesor de 63 años, además aseguraba que las ventanas son muy pequeñas para observar el fenómeno.
Por décima vez desde el inicio del siglo, el eclipse solar fue total, aunque solo pudo verse el fenómeno íntegro desde territorios remotos del planeta.