En 2016 el mundo del entretenimiento quedó atónito con la separación de Angelina Jolie y Brad Pitt. ‘Brangelina’, como se le conocía a la pareja, era uno de los matrimonios más estables de Hollywood y, al menos ante las cámaras, lucían como una familia feliz.
El divorcio de Angelina y Brad ha sido uno de los más sonados en la industria del espectáculo, entre otras cosas, porque la actriz acusó de maltrato infantil y violencia de género a su expareja.
En repetidas ocasiones la actriz de ‘Maléfica’ ha explicado que le costó mucho decidirse por la separación, pero con el tiempo se dio cuenta que era la mejor para ella y sus hijos.
Una de las consecuencias del difícil proceso legal que aún adelanta la expareja es la parálisis de Bell que le diagnosticaron a Angelina.
En 2017, en entrevista con ‘VanityFair’, Jolie habló de cómo afectó su salud la separación con Pitt.
La actriz tuvo problemas de tensión alta y, además, sufrió una parálisis facial temporal, lo que hizo que parte de su rostro se cayera.
“A veces, las mujeres en las familias se ponen en último lugar, hasta que se manifiesta en su propia salud”, destacó Angelina en la entrevista.
Por fortuna, Jolie recibió atención médica oportuna y gracias a un tratamiento de acupuntura logró recuperarse.
¿Qué es la parálisis de Bell?
Aunque no son claras las causas, la parálisis es una “debilidad repentina en los músculos faciales“, que hace que la sonrisa se dibuje de un solo lado y uno de los ojos se cierre, explica la Mayo Clinic.
“Se cree que es resultado de la hinchazón e inflamación del nervio que controla los músculos de un lado de la cara. También puede ser una reacción después de una infección viral”, destaca el portar médico.
Por fortuna, la mayoría de los casos mejoran con el tiempo, después de seis meses el paciente ya no presenta ningún síntoma. Además, una vez se presenta un episodio de parálisis no se vuelve a repetir.