“Alemania pagará”. El leitmotiv francés que quedó reflejado en el Tratado de Versalles resume las ilusiones de los vencedores sobre el estado de Europa tras la Primera Guerra Mundial, ignorando el derrumbe político, económico y moral de un continente que llevaba siglos dominando el mundo.
Hace 100 años estalló la I Guerra Mundial, que alcanzó dimensiones y características hasta entonces desconocidas en la historia humana. La comunidad internacional carecía de un marco institucional que pudiese abocar conocimiento de la situación y acaso evitar la ocurrencia de semejante catástrofe.