La modalidad del secuestro exprés debe tomarse en cuenta y la ciudadanía debe estar alerta. El incremento del crimen, los asaltos con violencia y ahora el secuestro de pocas horas, reflejan estadísticas crecientes según datos proporcionados desde el Cabildo. En cuatro años el incremento es del 60%. En el año 2013 ya son 65 los casos denunciados en la capital, y podría haber muchos más que no se registran.
Además, varios estudios dan cuenta del continuo cometimiento de estos delitos y la preocupación ciudadana se manifiesta en reportajes periodísticos con advertencias para evitar caer como víctimas de estos atracadores.
Ciertamente cabe destacar la labor de instituciones policiales como la Unase (Unidad Antisecuestros) que ha detectado y descubierto secuestros con montos de rescate de cifras mayores, y la efectividad y el sigilo del trabajo policial. Las víctimas del secuestro exprés, empero, son asaltadas en la calle, les retienen los teléfonos celulares y los obligan a retirar dinero de los cajeros automáticos. Muchas veces son conducidos en su propio vehículo; otras, los delincuentes abordan taxis donde se transporta la víctima y se comunican con sus compinches por radios y celulares. No faltan las amenazas de muerte, y las secuelas dejan trastornos a la salud.
Nadie se libra; hace meses un alto ex Secretario de Estado del Régimen lo padeció. La sociedad vive amenazada y el poder no halla las fórmulas. Hay que tener cuidado.