Bader bin Mubarak, director ejecutivo de Fish Farm, creó un proyecto de piscifactoría, el cual consiste en recrear un criadero de salmones en pleno desierto de Dubái.
Desde el centro de control en pleno desierto de Dubái, se pueden recrear las condiciones climáticas de Noruega y las frías corrientes del Atlántico para garantizar la supervivencia de una industria salmonera incipiente pese al abrasador calor reinante.
En el agua cristalina que fluye de las vertientes de la comunidad Llio, situada en los páramos, a 40 minutos de Alausí, se desarrollan más de 20 000 truchas. Una asociación comunitaria se formó para administrar el emprendimiento.