Las organizaciones señalaron su preocupación frente “a la falta del enfoque de género" en las instituciones estatales.
Fue una lucha y un proceso de casi 18 años que implicó lágrimas, tristeza y dolor buscando justicia por la muerte de su hija Paola Guzmán, ocurrida el 13 de diciembre del 2002, a poco de haber cumplido 16 años.
“Hoy por fin he limpiado el nombre de mi hija y se la reconoce como es: una víctima. Hoy podemos recordar a Paola como una niña alegre, risueña, llena de aspiraciones. Recibo la disculpa del Estado ecuatoriano en nombre mío y de mi hija, aunque nada ni nadie podrá devolverme a mi Paola”. Esas fueron las palabras con las que respondió Petita Albarracín, madre de Paola Guzmán, el 9 de diciembre del 2020 durante el acto de reconocimiento de responsabilidad del Estado ecuatoriano ante la violación de derechos de su hija, quien fue víctima de violación y acoso sexual por parte del vicerrector del plantel en el que estudiaba en el 2001.
El presidente Lenín Moreno dio a conocer este sábado 15 de agosto del 2020 que el país ejecutará la sentencia que dictó el viernes 14 de agosto la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) en el caso de Paola Guzmán, una adolescente que sufrió violencia sexual a manos de una autoridad del centro educativo donde estudiaba y se quitó la vida en el 2002.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) condenó a Ecuador por un caso de violencia sexual contra una adolescente a manos de una autoridad del centro educativo donde estudiaba, informó este viernes 14 de agosto de 2020 el más alto Tribunal.
Petita Albarracín está cansada. Cuando se sienta en uno de los salones del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam), en el sur de Guayaquil, apoya sus manos sobre sus piernas y respira profundo antes de contestar preguntas sobre el caso de su hija: Paola Guzmán.
Paola quería viajar a Nueva York para ver a su tía. Su sueño era terminar el colegio y ser secretaria. Pero todo se truncó. El 12 de diciembre del 2002, dos días después de haber cumplido 16 años, se quitó la vida. Estaba sumida en una depresión provocada por los constantes abusos sexuales perpetrados por el vicerrector del colegio en donde estudiaba, un hombre que para entonces tenía 65 años de edad.