Un bus lleno de pasajeros, que viene desde Calderón, se detiene en la estación La Ofelia, del Corredor Central Norte, antes de las 08:00 del pasado viernes. Apenas el conductor abre las puertas, la gente sale, a empellones, sin importar quién esté adelante. Luego corren y, abriéndose paso, entran al bus articulado. Algunos fuerzan las puertas y empujan a quienes ya entraron, para no quedarse.