¡Renataaa!, gritaba Ulises mientras veía como ella -el amor de su vida- caía en el piso, después de que Francisco le disparara. Esa escena -histórica del cine latinoamericano romántico- cautivó a la generación que en el 2000 hizo de 'Amarte duele', dirigida por Fernando Sariñana, un retrato del desamor entre 'clases'.
El director español Nacho G. Velilla, responsable de 'No manches Frida', uno de los mayores éxitos del cine mexicano reciente, regresa con una segunda parte que promete entusiasmar tanto como la primera: "La comedia me la tomo muy en serio", asegura el cineasta en una entrevista.