Ellos están pendientes de la llegada de un avión. Conocen el itinerario de los vuelos internacionales y saben si uno está retrasado. Trabajan 24 horas y descansan 24. Les llaman maleteros y se los reconoce en la puerta del arribo internacional, del Aeropuerto Mariscal Sucre, por su vestuario azul. La noche del pasado martes, cinco de ellos estaban de turno. Son 10 en total y trabajan para Asomapar. Daniel Tumbaco, de 32 años, es uno de ellos. Ofrece este servicio desde hace cuatro años. Es de Manabí, pero vive 12 años en Quito.